Cuando los editores de National Geographic prepararon un número dedicado a la raza, se dieron cuenta de que la revista de 130 años de edad podría enfrentar preguntas por su controversial cobertura en el pasado.
Entonces le pidieron a John Edwin Mason, un profesor de la Universidad de Virginia que estudia la historia de África y la fotografía, que buscara en los archivos de la revista para examinar sus deficiencias en la cobertura de personas de raza negra en Estados Unidos y en el extranjero. El dictamen del experto fue implacable.
“Durante la mayor parte de su historia, National Geographic, en palabras e imágenes, reprodujo una jerarquía racial con personas morenas y negras en la parte inferior, y personas blancas en la parte superior”, dijo Mason en una entrevista el 13 de marzo.
Mason les dijo a los editores que existe casi una ausencia total de africanos educados y citadinos en las páginas de la revista. Los negros fueron presentados como personas estáticas, primitivas y que no están vinculadas a la tecnología, que a menudo aparecían desvestidos o eran mostrados como salvajes. Esa imagen, que persistió hasta la década de los setenta, moldeó la manera en que los lectores de la revista, en su mayoría blancos y de clase media, percibían a los negros, dijo el experto.
Cuando el académico presentó sus hallazgos a los editores, no se encontró con la actitud defensiva que temía. En vez de eso, resaltaron su investigación con un titular contundente: “Durante décadas, nuestra cobertura fue racista. Para superar nuestro pasado, debemos reconocerlo”.
Susan Goldberg, editora jefa de la publicación, reconoce en la nota que “duele compartir las espantosas historias del pasado de la revista”. Incluye algunos de los ejemplos más evidentes de racismo, incluido un reportaje de 1916 sobre Australia que incluía una foto con la leyenda: “Aborígenes negros del sur de Australia: estos salvajes son considerados como los seres humanos con el más bajo nivel de inteligencia”.
Goldberg dijo en una entrevista que la revista estaba orgullosa de su legado histórico al mostrar nuevos lugares y culturas y de la manera en que ha crecido en las últimas décadas. Pero también comentó que la publicación —que el martes ganó el National Magazine Award por un número dedicado al género en 2017— esperaba que aclarar sus errores le ayudara a ganar credibilidad.
“Les dice a las personas que estás pensando en estas cosas, que te importan y quieres hacer un mejor trabajo”, dijo.
National Geographic no era la única publicación que hizo una cobertura racista en esos años, dijo Mason, pero era la revista que lideraba el enfoque fotográfico. Su esfuerzo por enfrentar los errores del pasado fue ampliamente elogiado. Splinter y The Root, dos publicaciones digitales, calificaron la decisión como un buen “primer paso”.
Deborah Willis, presidenta del Departamento de Fotografía e Imágenes de la Universidad de Nueva York, dijo que creció leyendo National Geographic y durante mucho tiempo había notado la incapacidad de capturar las voces de las personas negras. Nunca escuchó cómo se sintieron al ser fotografiadas, en vez de eso siempre escuchaba la “voz institucional”, dijo.
“Quería ser fotógrafa gracias a National Geographic”, dijo. “Quería contar una historia diferente”.
Las organizaciones noticiosas modernas todavía tienen problemas con la representación de las minorías en el personal de fotografía, dijo Brent Lewis, editor de fotos de The Undefeated de ESPN. Lewis elogió el esfuerzo de National Geographic, pero dijo que se sintió decepcionado al ver que la portada de la edición dedicada a la raza, había sido tomada por Robin Hammond, un hombre blanco.
Al respecto, Goldberg dijo que el reportaje principal mostraba el trabajo de nueve fotógrafos, cinco de los cuales eran negros. Y de los ocho autores, cuatro eran negros.
“Cubrimos un mundo diverso”, dijo. “Si queremos hacerlo con precisión y con autoridad, necesitamos un personal diverso para cubrirlo”.