La Habana, Cuba.- La más grave de las tres sobrevivientes del accidente aéreo en La Habana falleció el lunes ante la gravedad de sus heridas, elevando a 111 el número de víctimas del siniestro que ha enlutado a toda la isla caribeña.
La joven fallecida, fue identificada inicialmente como Gretell Landrovell Font en la lista de pasajeros, aunque la nota oficial precisa que el apellido es Landrove, de 23 años, natural de Holguín (este) y quien residía en la capital cubana.
“Se encontraba en estado crítico extremo que no fue posible revertir” pese a los esfuerzos de los médicos, detalló el ministerio de Salud Pública en un comunicado. La joven resistió tres días y falleció a las 15H45 locales (19H45 GMT).
En el hospital Calixto García, donde Gretell era tratada, su madre, Amparo Font, había mostrado optimismo hasta el último minuto, pese a que la situación médica era complicada. La mañana del lunes su estado había cambiado de “reservado” a “desfavorable” en vista que presentaba un “traumatismo craneal severo” y “daño neurológico severo”.
El médico Carlos Martínez, director del hospital, comentó más temprano que también es “desfavorable” la situación de Emiley Sánchez (39), que tiene quemaduras en el 41% de su cuerpo (34% de ellas son profundas). La tercera sobreviviente fue identificada como Mailén Díaz, de 19 años, quien se mantiene con pronóstico reservado.
El doctor pidió estar preparados “para las complicaciones que puedan sobrevenir”.
Mientras la lucha de los médicos continúa, los familiares de las sobrevivientes se someten a una angustiosa espera en otro de los salones del hospital, que es el más antiguo de Cuba.
“No pierdo la fe, tengo la fe que ella se salve”, declaró a la prensa entre lágrimas Marilín Almaguer, la madre de Mailén, que llegó este lunes a La Habana desde Holguín (este) para seguir la evolución de su hija.
Identificación y entierro
El Boeing 737-200 en que viajaban las tres mujeres desde La Habana a Holguín se estrelló al mediodía del viernes cuando acababa de despegar desde el aeropuerto internacional de La Habana, y ha dejado hasta ahora 111 fallecidos.
Del total, 100 son cubanos -entre ellos cinco niños-, seis tripulantes mexicanos, y cinco pasajeros extranjeros: una pareja de argentinos, una mexicana y dos saharauis.
La nave, fabricada en 1979, estaba en uso de la estatal Cubana de Aviación y pertenecía a la empresa mexicana Damojh (Global Air). Las autoridades aeronáuticas mexicanas suspendieron temporalmente las operaciones de la compañía para revisar las medidas de seguridad de sus naves.
Global Air es una pequeña firma fundada en 1990 que arrienda naves a otras aerolíneas y realiza vuelos charter.
El gobierno cubano, que anunció el sábado el hallazgo de una de las dos cajas negras de la aeronave, adelanta una investigación y ya logró identificar a 40 de los muertos, algunos de los cuales ya fueron sepultados en sus respectivas provincias.
El lunes por la tarde, un grupo de familiares acudió a la principal funeraria de La Habana para recoger restos de algunas víctimas. Llevando un cuadro de su hijo, un hombre pedía a la ciudadanía dejar de exponer en redes sociales algunas imágenes del accidente, en donde, dijo, aparece el cuerpo del muchacho entre los fierros retorcidos.
Al lado del hombre y entre lágrimas, una mujer abrazaba una urna con las cenizas del joven.
La televisión estatal de la isla mostró el sábado imágenes de los funerales organizados en Holguín, provincia de origen de la mayoría de los fallecidos, y de una ceremonia fúnebre celebrada en la vecina provincia de las Tunas.
Expertos de Boeing, Global Air y la Rama de Aeronáutica Civil de México se encuentran en Cuba para ayudar a las autoridades a esclarecer el accidente, el peor en casi tres décadas.