“El barrilito es una desgracia; uso burdo del dinero nuestro”, así calificó la historiadora Mu-Kien Sang Ben,los fondos de gestión provincial senatorial que reciben los senadores.
La catedrática universitaria expresó que si quieren eliminar los gastos superfluos ¿por qué los legisladores no renuncian al barrilito? Como hizo el senador Taveras Guzmán y el diputado Horacio Rodríguez.
Al referirse a la senadora del Distrito Nacional por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), Faride Raful, quien afirmó que ese dinero lo usará para crear una Oficina Técnica Legislativa para el Distrito Nacional, dijo que es una persona de esperanza y por tal razón no debería manchar su trayectoria política con el “barrilito”.
“Anuncia públicamente que vas a renunciar a ese privilegio. La gente espera y confía en ti”, publicó Sang Ben a través de su cuenta de Twitter.
“Barrilito” que reciben los senadores supera los 20 millones de pesos mensuales
Según un documento obtenido por Diario Libre solo los senadores Eduardo Estrella de Santiago y Antonio Taveras de Santo Domingo no cobraron el fondo de gestión provincial senatorial. Los 30 restantes si aceptaron el beneficio adicional correspondiente al período comprendido del 16 de agosto al 30 de septiembre.
De acuerdo a la partida, los senadores con asignaciones del “barrilito” habrían recibido 21,580,000 pesos. De mantenerse todo el año los ingresos totales superarían los 250 millones de pesos anuales.
De los 17 senadores del Partido Revolucionario Moderno (PRM), tres habían expresado que no recibirían el beneficio, entre los que figura Faride Raful, que se le asignó la suma de RD$1,059,000 y quien afirmó en días pasados que “redireccionaría estos recursos a verdaderas necesidades del Congreso Nacional y la ciudadanía”.
Tras las declaraciones de Faride Raful, las reacciones no se hicieron esperar y con la expresión “una cosa es con violín y otra es con guitarra”, los usuarios en las redes sociales consideraron que su acción era incoherente, ya que desde la oposición se había mostrado en desacuerdo al “barrilito”.