El Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático (Cnlcc), denunció que supuestamente la Central Termoeléctrica Punta Catalina está arrojando más de 400 mil toneladas de cenizas al aire libre, en un terraplén, ubicado en el Batey San José, a menos de dos kilómetros de Catalina y a menos de 4 kilómetros de Paya, con una población de más de 15 mil habitantes.
El colectivo, mediante una nota de prensa, presentó fotográfias de montañas de cenizas de varios metros de altura esparcidas por todo el lugar denominado “patio de las cenizas”, que está cercado y custodiado por guardias y con letreros que avisan que es “área de riesgo”.
Explicó que estas cenizas son altamente tóxicas por contener arsénico, sílice, óxido férrico, alúmina, óxido de titanio, óxido de calcio, magnesio, azufre, trióxido de azufre, óxido de potasio, óxido de sodio, anhídrido fosfórico y mercurio.
“Tal como lo habíamos advertido durante estos años, la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales ha depositado finalmente las cenizas de Punta Catalina a la intemperie y sin ningún programa de manejo. Desde que se presentó el estudio de impacto ambiental de este proyecto en el año 2014, advertimos que estos desechos se convertirían en el más grave y peligroso problema de estas plantas”, dijo.
El Cnlcc formuló un llamado de extrema alarma a la población de Nizao, de Don Gregorio, Pizarrete, Catalina, Paya y de la ciudad de Baní sobre los daños catastróficos que causarán estas cenizas sobre la salud, especialmente en la infancia y mujeres embarazadas, y en la producción agropecuaria.
Planteó que dentro de un par de años estas lomas de cenizas tendrán cientos de metros de altura, ya que cada año Punta Catalina produce 400 mil toneladas de cenizas que serán depositadas en ese lugar.
Indicó que el 10 % de los cuatro millones de toneladas de carbón quemados por Punta Catalina al año se convierte en escorias y cenizas que serán arrojados en el terraplén del Batey San José.
Señaló que como estas toneladas de cenizas están al aire libre, el viento las transporta a más de cincuenta kilómetros en dirección a la ciudad de Baní y a la mayor área bajo cultivo de la provincia Peravia.
Manifestó que al ser solubles al agua, cuando llueva sobre las montañas de cenizas, se desparramarán en toda la zona contaminando las aguas superficiales y subterráneas.
“Si una tormenta o un ciclón pasa cerca de la costa, todas estas montañas de cenizas se esparcirán a toda la comarca e inundarán con los torrentes de agua a toda la zona de cultivo, lo que será un desastre ecológico irreparable”, describió.
Aseguró que estas cenizas producen graves enfermedades respiratorias como asma, cáncer pulmonar, infartos cardiovasculares y cerebrovasculares, así como disminución del esperma generando infertilidad en los hombres, daños en la capacidad cognitiva de la infancia, abortos, alteración del ADN en los fetos y enfermedades en la piel.
Afirmó que por los daños que producen las cenizas de carbón mineral en el año 2017 el Estado dominicano logró ante un tribunal de la Florida que la empresa AES que depositó cenizas en forma de rockash en Arroyo Barril, Samaná, y Bahía Manzanillo, Montecristi, provenientes de Puerto Rico, le pagara US$6 millones para la remoción de estas cenizas.
“En abril de 2016 el Gobierno dominicano pagó US$37 millones a unas 40 personas de Arroyo Barril como compensación de los graves daños en su salud por la contaminación de las cenizas por un arreglo ante la Corte de Delaware, EUA, entre estas personas y AES. El Estado dominicano hizo el pago a nombre de AES, porque cuando recibió la indemnización de esta empresa en el 2007, se comprometió a asumir en el futuro cualquier otra demanda por estas cenizas”, aclaró.
Informó que en diciembre pasado, la Gobernación de Puerto Rico prohibió por ley que se deposite cenizas de carbón mineral en el territorio de esa isla, poniendo fin a un vigoroso movimiento de protesta que desencadenó la montaña enorme de cenizas depositada por la planta de carbón de AES en la localidad de Guayama, más alta que un edificio de 20 pisos.
Alertó que la provincia Peravia se ha convertido en un escenario de catástrofe ambiental y sanitaria al sumarse a la contaminación causada por las cenizas, las emisiones de gases ácidos y de micropartículas recién denunciadas ante la Procuraduría especializada de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Pidió a las organizaciones comunitarias y de agroproductores, a las instituciones, al obispado de Baní y a las iglesias cristianas, así como a la población en general a unirse y a luchar activamente en contra de esta peligrosa contaminación que pone en riesgo su salud, su vida y a la producción agropecuaria de la provincia.