Las autoridades sanitarias y fabricantes de fármacos tienen que avisar a las personas que la vacunación contra el coronavirus puede provocar potenciales efectos secundarios molestos para que no tengan miedo de recibir la segunda dosis de la vacuna, según destacaron el lunes un grupo de médicos durante una reunión con consejeros de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., informa CNBC.
La especialista Sandra Fryhofer de la Asociación Médica Estadounidense afirmó que las vacunas contra el covid-19 de Pfizer y Moderna requieren dos dosis administradas durante un intervalo. Fryhofer comentó que le preocupa que sus pacientes no vuelvan a por la segunda dosis tras los efectos secundarios potencialmente desagradables que pueden experimentar después de la primera inyección.
“Realmente necesitamos advertir a los pacientes para que sepan que esto no va a ser un camino de rosas”, aseguró Fryhofer. “Tienen que saber que han sido vacunados. Probablemente no se sentirán genial. Pero tienen que volver para esa segunda dosis”, añadió.
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Los participantes en los ensayos de la vacuna contra el coronavirus de Moderna y Pfizer declararon a CNBC en septiembre que experimentaron fiebre alta, dolores corporales, dolores de cabeza, agotamiento y otros síntomas después de recibir la dosis de la vacuna. Los participantes comentaron que a menudo estos síntomas desaparecieron después de un día, a veces antes, y que era mejor que enfermarse por el covid-19.
Por su parte, Moderna y Pfizer reconocieron que sus vacunas podrían provocar efectos secundarios que son similares a los síntomas asociados con una infección por coronavirus leve, como dolor muscular, escalofríos y dolor de cabeza.
En uno de los casos, una mujer de 50 años que participó en el estudio de la vacuna de Moderna señaló que no experimentó fiebre, pero sufrió una migraña grave que la dejó agotada por un día e incapaz de concentrarse. La voluntaria sugirió que los laboratorios deberían aconsejar a la gente que se tome un día libre después de la segunda dosis.
Patsy Stinchfield, una enfermera practicante de Minnesota, destacó que los funcionarios y los fabricantes de drogas podrían intentar hablar sobre los efectos secundarios de una manera más positiva. Ella dijo que podrían usar palabras como “respuesta” a la vacuna en lugar de “reacción adversa”.