Según el espejo con el que se mira, Donald Trump no tiene “ni un hueso de racista”. El presidente estadounidense se ve obligado a repetir que no se mueve por el color de la piel, tarea en la que cuenta con la asistencia del coro de sus colaboradores y palmeros, porque una y otra vez echa mano de la retórica de los supremacistas.
Todavía con el eco de enviar de vuelta a sus países a cuatro legisladoras demócratas –las cuatro no blancas y ciudadanas estadounidenses, tres de ellas de nacimiento-, Trump ha creado una nueva polémica racista al despreciar a un veterano congresista negro, Elijah Cummings, muy crítico con él y su ética, descalificando a su distrito, que abarca buena parte de Baltimore (Maryland).
“Un lío infestado de ratas y roedores”, tuiteó en referencia a esa demarcación. “Un lugar peligroso e inmundo (…), el peor de EE.UU. (…) Ningún humano quiere vivir ahí”, insistió. La mayoría de la población es negra.
Este ataque, iniciado el sábado y que arreció este domingo, incluyendo a Nancy Pelosi, jefa de los demócratas, por salir en defensa de Cummings, sitúa el país de nuevo en el debate de la retórica divisiva del presidente en busca de una ventaja política.
Sus asesores han llegado a la conclusión de que estos arrebatos racistas en Twitter gozan de un efecto dinamizador entre sus bases ante la campaña electoral de 2020. Ya se vio en el mitin que hizo en Carolina del Norte hace un par de semanas, donde sus fans corearon el grito denigrante y xenófobo de “depórtala” dirigido a la legislad
Trump indigna al atacar a una ciudad de mayoría negra para sacar rédito político
El presidente y los responsables de su campaña se sirven del argumento de que nunca había sido tan bajo el paro entre los afroamericanos como con esta administración, que recoge los frutos de diez años de expansión económica, la más larga en décadas.
Trump nunca ha sido capaz de sentir contrición por sus actos o sus palabras. Su filosofía nixoniana consiste en no dar nunca un paso atrás. Después de escuchar ese lema del “depórtala”, despreciado por los propios republicanos, el presidente calificó de “auténticos patriotas” a los que gritaron ese nuevo eslogan.
ora Ilhan Omar, electa por Minesota tras llegar de niña desde Somalia como refugiada.