El nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se dirigió el sábado a los ciudadanos tras asumir el cargo para reafirmar su compromiso de “no mentir, no robar y no traicionar”, y les pidió tener “paciencia y confianza”.
En un gesto que no suele verse en las jornadas de investidura, el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) pronunció un largo discurso en el Zócalo de Ciudad de México en que reiteró todas sus promesas y propuestas para este sexenio (2018-2024).
Lo hizo después de encabezar una recepción privada con líderes internacionales y participar en un ritual en que los representantes de los 68 pueblos indígenas mexicanos le entregaron el bastón de mando de sus comunidades.
López Obrador clamó que comienza “lo que podríamos llamar una modernidad forjada desde abajo y para todos”.
“Para resumir en una frase: lo que buscamos, lo que anhelamos, es la purificación de la vida pública de México”, señaló.
A lo largo del discurso, que se extendió más de una hora, el político mencionó algunas de sus propuestas estrella, que también enumeró en el mensaje que pronunció justo después de hacer el juramento al cargo en el Congreso de la Unión.
Reafirmó que en su Gobierno estarán “primero los pobres”, y que se va a incrementar el presupuesto para financiar programas sociales gracias a que se van a liberar fondos porque “se va a acabar con la corrupción”.
El precio de las gasolinas y de la luz solo aumentará en relación con la inflación, y se fomentarán las energías renovables y la producción de crudo, con una nueva refinería, para dejar de comprar combustibles al extranjero.
El presidente rogó a los ciudadanos tenerle “paciencia y confianza”, porque “nos están entregando un país en quiebra, sobre todo en lo que tiene que ver con la industria petrolera y eléctrica”.
Asimismo, recordó que habrá un “auténtico Estado de derecho”, y que a nadie le estará permitido violar la Constitución o las leyes: “No habrá impunidad y se van a cancelar, abolir, los fueros y los privilegios”, aseguró.