La reunión de las autoridades mundiales de la aviación civil sobre el Boeing 737 MAX concluyó el jueves en Texas sin ninguna fecha prevista para el retorno a los cielos del avión insignia del fabricante estadounidense, mantenido en tierra por más de 70 días.
“El único calendario es asegurarse de que el avión sea seguro para volar”, dijo el jefe interino de la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), Dan Elwell. El “diálogo” continuará, especialmente los intercambios de información entre reguladores, agregó.
La prohibición de vuelo provisoria se decretó después de dos accidentes recientes en condiciones similares y que dejaron un total de 346 muertos.
El miércoles, Elwell aseguró que Boeing aún no había presentado oficialmente la actualización del sistema de estabilización MCAS, cuyo fallo fue señalado como la causa del accidente de Ethiopian Airlines, el 10 de marzo y de Lion Air, el 29 de octubre en Indonesia.
El fabricante de la aeronave afirmó la semana pasada que la corrección estaba lista para ser certificada.
El nuevo retraso de Boeing se debe al hecho de que la FAA, que está tratando de demostrar su independencia del grupo estadounidense, ha enviado nuevas preguntas de las que espera respuestas, dijo Elwell.
La FAA aún debe determinar cuál será la formación adecuada para los pilotos de cara a la nueva certificación.
Estados Unidos y un gran número de países difieren con Canadá en este punto. Los primeros consideran que una capacitación en computadora o iPad es suficiente para los pilotos experimentados. Sin embargo, Ottawa quiere obligar a una capacitación en un simulador de vuelo.
Cerca de sesenta representantes de 33 países que vuelan el 737 MAX participaron en la reunión a puertas cerradas que duró casi ocho horas. China, el primer país en prohibir la circulación del avión, estuvo presente en medio de una guerra comercial con Estados Unidos.
“No ha habido críticas”, afirmó Elwell a pesar de que la credibilidad de la agencia que dirige, que fue la última en inmovilizar el 737 MAX, ha sido cuestionada en este caso.
“La discusión fue franca”, agregó, asegurando que sus compañeros habían hecho “muchas preguntas” y deseaban “aclaraciones” sobre los procedimientos estadounidenses.
Sin embargo, reconoció que el levantamiento de la prohibición de vuelo del 737 MAX se tomaría de manera independiente en cada país.
Hasta los reveses del 737 MAX, había prevalecido un sistema de reciprocidad en que los otros reguladores de aire se alineaban con las evaluaciones de la autoridad de origen, en este caso la FAA.
“Cada país tomará su propia decisión”, dijo Elwell.