Mientras que la OTAN tendrá entre sus temas de discusión, a petición de Estados Unidos, la presencia militar rusa en Venezuela -sobre la amenaza que ella representa para la región- paralelamente en Caracas la Comisión Permanente de Defensa y Seguridad de la Asamblea Nacional tendrá, como punto central de discusión, el mismo tema pero desde la perspectiva que implica la violación a la soberanía nacional.
La reunión ministerial de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se realizará en Washington y tendrá como su tema principal el papel militar de Rusia en Venezuela, luego que Vladimir Putin haya ejercido acciones para defender a su aliado Nicolás Maduro.
En la OTAN se genera un ambiente militar geopolítico, donde se analizan las posibles amenazas de carácter militar, de manera que el tema es polémico, por el envío a Venezuela de un centenar de asesores y la apertura de un centro de entrenamiento para pilotos por parte de Moscú.
En el apoyo de Rusia para Venezuela ha sido determinante la buena relación del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, con militares rusos, pero fundamentalmente porque goza de la simpatía de Vladimir Putin.
Ya Rusia había movilizado a Venezuela, el 10 de diciembre pasado, dos bombarderos Tu-160, con capacidad para transportar armas nucleares, además de un avión de transporte An-124 y un avión de pasajeros Il-62, según información del Ejército en Moscú. Padrino López dijo que la presencia de esas aeronaves solo respondían a los ejercicios para garantizar la defensa de Venezuela frente a amenazas externas.
En el marco de los ejercicios Bicentenario Angostura 2019, que arrancaron el 10 de febrero, la Aviación Militar Bolivariana probó un misil antibuque de fabricación rusa. Poco después, la Armada Bolivariana dio a conocer un video de los ejercicios militares, donde se observa un cazabombardero Sukhoi Su-30MK2V disparando un misil antibuque Kh-31, ambos de fabricación rusa. El régimen de Nicolás Maduro quería con ello dar una demostración de poderío militar.
La presencia rusa fue causando mayor irritabilidad en el Gobierno de Donald Trump, pero subió de tono cuando a Caracas arribaron dos aviones con un centenar de militares rusos, supuestamente expertos en ciberseguridad, cuyo objetivo es contribuir al mantenimiento de los equipos adquiridos por Venezuela a Moscú, gracias al Convenio de cooperación firmado en 2001.
Mientras eso sucede en Caracas, un hecho distinto ocurre con los rusos en el estado Bolívar, donde desde su llegada se han incrementado los vuelos de aeronaves trasladando oro.
A medida que avanzan los días, también se asienta la presencia rusa y, con ella, la instalación de un escudo antiaéreo en la base El Sombrero del estado Guárico, a unos 200 kilómetros de Caracas. Luego vino el centro de entrenamiento para pilotos de helicóptero y la ratificación de la construcción de un centro de mantenimiento de las aeronaves. La reacción de Trump es que Rusia “debe irse de Venezuela”.
La desafiante respuesta de los rusos la dio el ministerio ruso de Exteriores en la voz de María Zajárova, al considerar que “ni Rusia, ni Venezuela son provincias de Estados Unidos“. El diputado Sergio Vergara, vicepresidente de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, afirmó: “Estamos ante una comunidad ocupada y preocupada por lo que está ocurriendo en Venezuela“.
Considera que la presencia militar rusa en territorio venezolano constituye violación a la soberanía y a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al permitirse una misión militar que no ha sido aprobada por la Asamblea Nacional.
La protesta no se hizo esperar, según explica el parlamentario. “Hemos solicitado la salida inmediata de las tropas rusas que no están justificadas ni autorizadas a permanecer en el territorio nacional”.
Destaca lo expresado del comunicado de Rusia para Colombia, “siendo prácticamente amenazados por los rusos ante cualquier incursión en territorio venezolano. Eso es lo que altera la paz en la región”.
El diputado Vergara solicitó la semana pasada a la Comunidad Internacional que los integrantes del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Triar) convoquen a su organismo de consulta y evalúen la situación.