La Corte Suprema de Argentina ha dado un golpe duro a Cristina Fernández de Kirchner. Los cinco miembros del tribunal rechazaron una queja presentada por la expresidenta y ratificaron la prisión preventiva que enfrenta por el presunto encubrimiento de los autores del atentado que en 1994 destruyó la sede de la mutual judía AMIA en Buenos Aires. Fernández de Kirchner no irá a la cárcel porque está protegida por los fueros que ostenta como senadora. Ha perdido, sin embargo, el último recurso para evitar un juicio oral que aún no tiene fecha.

El juez Claudio Bonadio quiere que Fernández de Kirchner explique ante un jurado si el pacto con Irán, firmado en 2013 y ratificado por el Congreso argentino, fue, en realidad, un “plan criminal” ideado desde la Casa Rosada para proteger a cinco iraníes sospechosos de ser los autores intelectuales del atentado. A cambio, Argentina obtendría beneficios económicos derivados de la relación comercial con Teherán. El kirchnerismo presentó el pacto como la única posibilidad de avanzar en la investigación por el ataque terrorista, paralizada por la negativa iraní a aportar el testimonio de sus ciudadanos acusados en Buenos Aires.