La Colifata, la primera radio del mundo hecha por los pacientes de un hospital neuropsiquiátrico, cumple este martes treinta años en pleno estado de forma, con iniciativas que van más allá de los micrófonos y que buscan la solidaridad y la “inclusión económica” de los más vulnerables.
A lo largo de las últimas tres décadas, la emisora creada por el psicólogo Alfredo Olivera ha colaborado activamente en la recuperación de cientos de enfermos psiquiátricos. Ahora ayudará a los colectivos más necesitados de Argentina, un país que atraviesa una profunda crisis económica y social desde mediados del 2018.
“Partimos de personas encerradas en hospitales psiquiátricos sin lazo social, y estamos hablando después de personas que no solamente se restablecieron, sino que pueden intervenir sobre problemas de terceros y del mundo desde un lugar ético”, explica Olivera a Efe por videoconferencia.
TREINTA AÑOS DE RADIO
Para trazar los orígenes de esta radio hay que remontarse al 3 de agosto de 1991, cuando un grupo de internos del Hospital Borda, el mayor centro neuropsiquiátrico de Argentina, se reunieron en torno a una grabadora para colaborar con una FM comunitaria.
Después de esa primera emisión, la radio comenzó a recibir llamadas de multitud de oyentes, ansiosos por “correr ese velo” que se esconde tras los muros de un neuropsiquiátrico. ¿Cómo era el trato que recibían dentro del hospital? ¿Qué pensaban los internos del Borda del “mundo exterior”?
“La Colifata nace en ese lugar de encuentro (…). Habíamos generado condiciones para que hubiese un presente que les estaba diciendo, de alguna manera, que su modo de percibir el mundo merecía ser escuchado”, recuerda Alfredo Olivera.
Con el paso de los años, se hizo cada vez más evidente el efecto terapéutico de colaborar con la radio, tanto durante el proceso de internación como tras recibir el alta hospitalaria.
De hecho, entre los pacientes que seguían vinculados a La Colifata el índice de reinternación anual era inferior al 10 % en 2010, una cifra que contrastaba con el porcentaje anual del 40 % de todo el Hospital Borda en aquel momento.
REPARTOS SOLIDARIOS
Reconocida con más de medio centenar de premios, La Colifata celebra su treinta aniversario como una emisora más de Argentina, la FM 100.3, además de estar constituida como una organización sin ánimo de lucro.
Pero hoy sus actividades no se limitan únicamente al estudio radiofónico y van mucho más lejos, recorriendo los barrios a través de su incorporación más reciente: la “tienda móvil” colifata.
Emplazado en la explanada del Hospital Borda, este vehículo de dos ruedas permite la donación de alimentos por parte de los propios “colifatos”, quienes son los responsables de decidir a qué instituciones o colectivos suministrarlos.
Entre los encargados del reparto de unos paquetes de galletas está Fernando Aquino, colaborador de La Colifata desde hace más de veinte años, para quien la radio supuso “salir del encierro, vivir de vuelta y dejar de padecer” su enfermedad.
“Cuando salimos en la televisión, cuando salimos en la radio, cuando vamos a las provincias a hacer La Colifata itinerante, lo que estamos demostrando es que se puede salir del hospital psiquiátrico, que la enfermedad se puede curar”, afirma Aquino a Efe.
Otro de sus compañeros, Julio César, también conocido como “Mesías Creativo”, define la radio como una “expansión” de la existencia misma, lo que permite “romper” muros físicos y mentales.
“Esta donación se le va a dar a otras personas, entonces rompe el mito del loco que está pidiendo”, manifiesta.
INCLUSIÓN ECONÓMICA
Además de esta iniciativa solidaria, la tienda móvil servirá de plataforma para que los grupos más marginados de la sociedad puedan vender sus productos, favoreciendo de este modo el desarrollo de economías regionales “al servicio de la inclusión de otras personas”.
Según Alfredo Olivera, este mes pondrán en marcha varios talleres para que personas con experiencias psiquiátricas aprendan a identificar en el país emprendimientos de colectivos “que estén en situación de pobreza, pero que también estén estigmatizados, que produzcan objetos y los quieran vender”.
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La única condición, señala el director de la radio, es que sean productos desarrollados con “valores éticos y sustentables”.
“Los participantes de La Colifata les van a otorgar una especie de ‘sello Colifato’ y se van a comprometer a darle visibilidad a estos otros colectivos y, a su vez, con un subsidio del Estado, les van a comprar parte de su producción para venderla en Buenos Aires en las transmisiones itinerantes”, asevera Olivera.
“De ese modo ganan dinero y salen de la pobreza, y de ese modo ellos ayudan a que otros colectivos tengan el dinero y salgan de la pobreza”, concluye el psicólogo, que ve con optimismo el futuro de La Colifata.