Joaquín Sabina ha abandonado este domingo a las 12.00 el Hospital Ruber Internacional de Madrid, según informó a EL PAÍS su representante, José Navarro, alias Berry. Ahí se encontraba ingresado desde el pasado día 12 de febrero cuando sufrió grave caída que sufrió durante el último concierto que ofreció en la capital junto a Joan Manuel Serrat. El golpe le provocó un traumatismo en el hombro izquierdo y en el tórax, además de un pequeño coágulo craneoencefálico del que fue operado con éxito.
Era la última parada prevista de su más reciente gira a dúo con Serrat, bajo el título No hay dos sin tres. Se preparaba para cantar Lo niego todo, su último exitazo que dio también nombre a su más reciente disco. Ante 15.000 personas, Sabina perdió el pie y se precipitó al suelo desde una altura de casi dos metros. El concierto fue suspendido y el cantante trasladado al hospital con el público y su equipo en estado de shock.
Una vez en la clínica comprobaron que el golpe le había producido también hematomas en la cabeza. Su historial clínico –había padecido un ictus en 2001 y algunos episodios coronarios posteriores- hicieron tomar al equipo médico la decisión de operarle para evitar males mayores. Once días después de su ingreso, el cantante regresa a casa para acabar de recuperarse.
La gira No hay dos sin tres estaba previsto que acabara con el concierto accidentado. Existen compromisos sin firmar para actuar en varias ciudades españolas en primavera y verano, pero dependerá de cómo se encuentre Sabina. Por el momento, en el hospital, ha ido remontando el ánimo a base de intentar escribir nuevas canciones.