Irán no quiere un conflicto armado pero, si sufre un ataque militar de EE.UU. o Arabia Saudita, se verá obligado a entrar en “una guerra sin cuartel”, ha manifestado el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, a la cadena estadounidense CNN.
El responsable de la diplomacia de Irán ha asegurado que Teherán espera evitar esa situación, pero no volverá a negociar con Washington hasta que EE.UU. cancele todas las restricciones en su contra, como sucedió al acordar el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés) en 2015.
Asimismo, Zarif ha reiterado que su país no tiene relación con los ataques que sufrieron las refinerías de Arabia Saudita el pasado 14 de septiembre, al contrario de lo que estiman Riad y Washington.
Teherán exige “pruebas reales”
El canciller de Irán también ha señalado que en Yemen los hutíes —quienes asumieron la responsabilidad de estas ofensivas— poseen las capacidades necesarias para ejercer una operación de ese nivel, aunque no ha proporcionado evidencias para probar su implicación en esos sucesos.
“Sé que no lo hicimos y sé que los hutíes declararon que lo habían hecho ellos”, ha enfatizado Mohammad Javad Zarif.
Si EE.UU. o Arabia Saudita “tienen pruebas reales de la complicidad de Irán” respecto a los ataques a esas instalaciones petroleras de Aramco, “que las muestren“, ha dicho esta misma jornada el portavoz de la Cancillería iraní, Abbás Mousaví, al canal Al Alam.