“Nuestras fuerzas tienen el control total de la frontera con Siria y, por lo tanto, declaro formalmente el final de la guerra contra el EI”, dijo el primer ministro al Abadi. Ese anuncio marca el final de un conflicto de tres años que provocó más de 100 mil muertos.

 La semana pasada los militares rusos aseguraron, por su parte, que el EI había sido totalmente erradicado de Siria. Si se confirma la realidad de esos anuncios, eso significaría que ya no quedan fuerzas estructuradas del EI en el mundo árabe. Su aplastante derrota en los campos de batalla de Siria e Irak, sin embargo, no marca la desaparición del grupo yihadista.

Varios jefes militares del EI que estaban instalados en Raqqa y Mosul, desde donde dirigían las operaciones, se trasladaron recientemente a Filipinas, según indicios detectados por diversos servicios de inteligencia occidentales. Desde 1970 padeció numerosas sublevaciones islamistas encabezadas por movimientos como el Frente Nacional de Liberación Moro, el llamado grupo Abu Sayyaf -formado por ex combatientes de Al Qaeda y de la organización Jemaah Islamiyah- y otro movimiento conocido como Maute.