Gracias al vídeo hecho con un dron, los científicos pudieron hacer nuevos descubrimientos sobre los hábitos alimenticios de estas gigantescas criaturas. Al comienzo se ve cómo la ballena se acelera a una velocidad de 10 km/h poco antes de abrir la boca.

Al acercarse lo suficientemente a la masa de plancton, el enorme animal abre la boca, lo cual reduce su velocidad hasta los 1,6 kilómetros por hora. Así que tiene que emplear mucha energía para mantener su velocidad mientras consume el plancton.

De hecho, los científicos descubrieron que debido a este gasto de energía las ballenas azules son unas comedoras selectivas: cuando se encuentran con una pequeña masa de plancton no se lo comen.