El filántropo multimillonario George Soros ha utilizado su discurso anual en el Foro Económico Mundial, en Davos, para lanzar un ataque mordaz contra China y su presidente Xi Jinping.
Soros advirtió que Pekín podría usar su desarrollo de la inteligencia artificial y del aprendizaje automático para consolidar el control totalitario en el país.
Este escenario, dijo, presenta un “peligro sin precedentes”, aunque mostró confianza en que los ciudadanos chinos puedan cambiar las cosas.
“China no es el único régimen autoritario en el mundo, pero es el más rico, el más fuerte y el más avanzado tecnológicamente“, dijo, apuntando también su preocupación por la Rusia de Vladimir Putin.
“Riesgo de seguridad”
“Esto convierte a Xi Jinping en el oponente más peligroso de las sociedades abiertas“, afirmó.
Ya sin referencias concretas, Soros advirtió que los regímenes represivos podrían utilizar la tecnología para controlar a sus ciudadanos, algo que calificó de “amenaza mortal contra las sociedades abiertas“.
El empresario judío de origen húngaro, de 88 años, sobrevivió a la ocupación nazi falsificando sus documentos de identidad y se ha hecho famoso por su participación en la devaluación de la libra británica, conocida como el Miércoles Negro.
Pero son sus actividades filantrópicas y políticas las que lo han convertido en una figura controvertida tanto en Estados Unidos, como en Europa y otras regiones del mundo.
Denuncia de sobornos
Soros ha gastado miles de millones de su propio bolsillo para financiar proyectos de derechos humanos y empresas de corte liberal democrático en todo el mundo.
También se ha convertido en un blanco frecuente de críticas por parte de grupos de derecha al brindar su apoyo a las causas liberales. Gran parte de esas opiniones han sido reprobadas por tener matices antisemitas.