Por Mike Hutchings y Tim Cocks
CATARATAS VICTORIA, Zambia, 6 dic (Reuters) – Durante décadas, las Cataratas Victoria, el punto donde el río Zambezi del sur de África derrama sus aguas en una cascada de 100 metros de profundidad, han atraído a millones de turistas a Zimbabue y Zambia por sus espectaculares vistas.
Pero la peor sequía en un siglo ha reducido el volumen de las cataratas, avivando el temor a que el cambio climático pueda acabar con uno de los mayores atractivos turísticos de la región.
Si bien normalmente las cataratas reducen su volumen durante la estación seca, las autoridades dijeron que este año se ha producido un descenso sin precedentes.
“En años anteriores, durante la época seca, no ha llegado hasta este punto. Esta (es) la primera vez que lo vemos así”, dijo Dominic Nyambe, un vendedor de artesanías para turistas de unos 30 años frente a su tienda en Livingstone, del lado zambiano.
“Nos afecta, porque (…) los clientes (…) pueden ver en Internet (que las cataratas han menguado) (…). No tenemos tantos turistas”.
Mientras los líderes mundiales se reúnen en Madrid en la COP25 para discutir formas de detener el catastrófico calentamiento causado por las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre, el sur de África ya está sufriendo algunos de sus peores efectos, con los grifos sin una gota de agua y unos 45 millones de personas necesitadas de ayuda alimentaria debido a las malas cosechas.
Zimbabue y Zambia han sufrido cortes en el suministro eléctrico, ya que dependen en gran medida de la energía hidroeléctrica de las centrales de la presa de Kariba, situada en el río Zambezi aguas arriba de las cascadas.
Amplios tramos de esta maravilla natural de un kilómetro de largo no son más que piedra seca. El flujo de agua es reducido en otras partes.
CRUDO RECORDATORIO
Los datos de la Autoridad del Río Zambezi muestran que el flujo de agua está en su nivel más bajo desde 1995, muy por debajo del promedio a largo plazo. El presidente de Zambia, Edgar Lungu, lo ha llamado “un crudo recordatorio de lo que el cambio climático está haciendo a nuestro medio ambiente”.
Sin embargo, los científicos son cautos a la hora de culpar categóricamente al cambio climático. Siempre hay variaciones estacionales en los niveles.
Harald Kling, hidrólogo de la empresa de ingeniería Poyry y un experto en el río Zambezi, dijo que la ciencia del clima trabaja con décadas, no con años particulares, “así que a veces es difícil decir que esto se debe al cambio climático porque siempre ha habido sequías”.
Si se vuelven más frecuentes, entonces es posible empezar a decir: “Está bien, esto puede deberse al cambio climático”, agregó.
Kling dijo que los primeros modelos climáticos habían predicho una mayor frecuencia de años secos en la cuenca del Zambezi, pero que “lo sorprendente es que (la sequía) sea tan frecuente” (la última sequía fue hace sólo tres años). A medida que el río se calienta, 437 millones de metros cúbicos de agua se evaporan cada segundo, dijo.
Esta semana, en Livingstone, cuatro turistas se encontraron con un abismo en su mayor parte seco, el cual normalmente está rebosante de agua espumeante. El estudiante alemán Benjamin Konig se sintió decepcionado.
“Parece que no hay mucha (agua), un puñado de rocas con un poco de agua entre ellas”, dijo.
Richard Beilfuss, director de la Fundación Internacional de la Grulla, que ha estudiado el Zambeze durante las últimas tres décadas, cree que el cambio climático está retrasando el monzón, “concentrando la lluvia en episodios más copiosos que son mucho más difíciles de almacenar, y con una temporada seca mucho más larga e insoportable”.
(Información de Mike Hutchings desde las Cataratas Victoria y Tim Cocks desde Johannesburgo; Información adicional de Chris Mfula desde Lusaka; Editado por Emelia Sithole-Matarise; Traducido por Darío Fernández en la redacción de Gdansk; Editado en español por Javier López de Lérida)