Millones de toneladas métricas de plástico se producen cada año y, en realidad, muy poco se recicla. ¿Pero qué pasaría si hubiera más formas de convertir estos residuos en algo valioso, como nuevos plásticos o diferentes tipos de combustible?
Los científicos de la Universidad de Purdue han dado un paso prometedor hacia esta meta con una nueva tecnología que puede convertir la mayoría de los plásticos de uso común en los bloques de construcción para todo tipo de materiales, algo que esperan que pueda inspirar nuevas soluciones para nuestro problema de contaminación plástica.
Las estimaciones varían según la cantidad de plástico que se acumula en el relleno sanitario, la cantidad de residuos que se reciclan y la cantidad de lavados en el océano, pero no hay duda de que los residuos plásticos son un gran problema.
Como una indicación, un documento de 2015 estimó que en algún lugar entre 5 y 12.7 millones de toneladas métricas de desechos plásticos terminan en el océano cada año, y lo que sucede desde allí es una gran incógnita. La solución a este problema es mucho más compleja que encontrar nuevas formas de reciclar el material ubicuo, pero sin duda es un paso en la dirección correcta.
En otros lugares, hemos visto tecnologías experimentales prometedoras que pueden convertir bolsas de plástico en nanotubos de carbono de alto valor, convertir plásticos oceánicos en combustibles diesel utilizables y convertir botellas de plástico en otros combustibles y ceras.
El trabajo en la Universidad de Purdue se centra en un tipo de plástico llamado poliolefina, el tipo más común de termoplástico que presenta en todo, desde tapas de botellas hasta instrumentos científicos.
“Nuestra estrategia es crear una fuerza motriz para el reciclaje al convertir los residuos de poliolefina en una amplia gama de productos valiosos, incluidos polímeros, nafta (una mezcla de hidrocarburos) o combustibles limpios”, dice Linda Wang, profesora de química en la Universidad de Purdue y líder del equipo de investigación.
“Nuestra tecnología de conversión tiene el potencial de aumentar las ganancias de la industria del reciclaje y reducir el stock de desechos plásticos del mundo”.
Al seguir esta estrategia, Wang y su equipo recurrieron a una técnica llamada licuefacción hidrotermal, un proceso de calentamiento de materiales hasta temperaturas moderadas a alta presión para convertirlas en petróleo.
En este caso, el equipo pudo transformar el 91 por ciento de la poliolefina en aceite que consiste en parafinas, cíclicos, compuestos aromáticos y olefinas, hidrocarburos insaturados que sirven como base para las poliolefinas.
Source: Purdue University