El papa Francisco se reunió este lunes en Rangún, durante quince minutos, con el jefe de las Fuerzas Armadas de Birmania, general MinAung Hlaing, considerado el responsable de la ofensiva que ha provocado un éxodo y “limpieza étnica” (según la ONU) de rohinyás, la minoría musulmana residente en el estado de Rakáin.
El pontífice conversó de “la responsabilidad de las autoridades en esta época de transición del país”, explicó el portavoz del Vaticano, Greg Burke.
La campaña militar, que comenzó a finales de agosto y que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU calificó de “limpieza étnica de manual”, ha causado la huida de más de 620.000 rohinyás desde Rakáin hacia el vecino Bangladesh. La persecución llevada a cabo por el Ejército ha provocado la muerte de cientos de personas, violaciones múltiples, la quema de pueblos y cultivos, y el exterminio del ganado de esa comunidad. La semana pasada el Gobierno birmano y bangladesí sellaron un pacto para facilitar el retorno de refugiados a Birmania.
El pontífice conversó de “la responsabilidad de las autoridades en esta época de transición del país”
La entrevista se celebró en la sede del arzobispado de Rangún, donde se aloja Francisco, que llegó hoy a Birmania en el primer viaje de un papa a este país. El pontífice no tenía actos previstos para hoy en la agenda y finalmente se anticipó el encuentro que tenía programado con el general el 30 de noviembre.
Además de Min Aung Hlaing, participaron en la reunión tres generales del Servicio Especial de Operaciones y un traductor de la Iglesia católica birmana. El Vaticano definió la reunión como “una visita de cortesía” al jefe del Ejercito, que controla los ministerios de Defensa, Interior y Fronteras. El encuentro con el general fue sugerido por el arzobispo de Rangún, Charles Maung Bo, nombrado cardenal en 2015 por Jorge Bergoglio.
Tras concluir la reunión, hubo un intercambio de regalos: el papa entregó al general la medalla conmemorativa del viaje, mientras que el militar le obsequió con un cuenco ornamental para el arroz y una tradicional arpa birmana.
El jefe del Ejercito aseguró en su página de la red social Facebook que durante la entrevista con el papa afirmó que “todas las religiones son de paz” y que “no existe ninguna discriminación entre los grupos étnicos del país”. Explicó al pontífice que el deseo de los militares es que haya paz y tranquilidad. Además, expresó su alegría por la llegada del papa y abogó por el dialogo interreligioso y el respeto mutuo.
Francisco se trasladará mañana a la capital, Naipyidó, para reunirse con el presidente del país, Htin Kya, y la jefa de facto del Gobierno birmano, Aung San Suu Kyi, a quien la comunidad internacional acusa de ignorar la brutal represión de los rohinyás.
El jefe del Ejercito aseguró que afirmó ante el Papa que “no existe ninguna discriminación entre los grupos étnicos del país”