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Un equipo de científicos españoles ha hecho una evaluación toxicológica
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Sobre todo en adobo, supera las concentraciones máximas admisibles en Europa
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de La Laguna (Tenerife) ha evidenciado que el consumo continuado de panga, uno de los pescados más consumidos del mundo, especialmente en Europa, expone a niveles de mercurio superiores a los permitidos.
Este pescado procede del río Mekong, en Vietnam, uno de los afluentes más largos del mundo y también uno de los ríos más contaminados debido a la presencia de pesticidas y otros compuestos químicos empleados en los cultivos de arroz, o las actividades humanas como, por ejemplo, la deforestación.
Como consecuencia, y según varios informes, entre ellos uno de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el propio pescado, un pez omnívoro y depredador final, también está muy contaminado, por lo que puede acumular mayores concentraciones de metales como, por ejemplo, de mercurio.
Para evaluar el riesgo tóxico por mercurio que podría suponer la ingesta de panga, los investigadores, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Chemosphere y recogido por la agencia Sinc, han analizado un 80 muestras de filetes congelados de panga almacenados en tres grandes superficies diferentes y disponibles para el consumidor al natural o en adobo.
Más concentraciones en el panga en adobo
De esta forma, han comprobado que algunos ejemplares, sobre todo en sus presentaciones en adobo, superan las concentraciones máximas admisibles fijadas por la legislación europea en 0,5 mg/kg, a través de la cual se establece el contenido máximo de determinados contaminantes en los productos alimenticios.
En concreto, el análisis, realizado por espectrofotometría de absorción atómica de vapor frío, muestra un amplio rango de concentraciones de mercurio entre 0,10-0,69 mg/kg, con un valor medio de 0,22 mg/kg. Según los investigadores, aunque no hubo diferencias significativas entre supermercados, la concentración media de mercurio en la presentación en adobo (0,18 mg/kg) fue mayor a la obtenida en la panga al natural (0,16 mg/kg).
“Una vez obtenidos estos datos y asumiendo un consumo semanal de 350 gramos de panga, el porcentaje de contribución a la Ingesta Semanal Tolerable (IST) de mercurio es de 32% y 27,5% para mujeres y hombres, respectivamente”, ha comentado el profesor titular del Área de Toxicología de la Universidad de La Laguna, Ángel J. Gutiérrez Fernández.
Por todo ello, los científicos han avisado de que en los casos donde se supera la concentración máxima permitida y tras un consumo continuado puede existir riesgo para la salud por la acumulación de mercurio en adultos y, sobre todo, en niños. Para estos últimos, recomiendan el consumo de otros pescados en lugar de la panga, también por el bajo aporte nutricional.