Las manifestaciones realizadas desde el pasado lunes frente a la Junta Central Electoral (JCE), donde reclaman la renuncia del Pleno, el cese a la corrupción y respuestas a lo que pasó el domingo, han marcado un precedente en la forma protestar en la historia de República Dominicana.
Desde el pasado miércoles, cuando tres bombas lacrimógenas fueron lanzadas, la Policía no ha reprimido a nadie, pero también, las personas han entendido que deben mantener el orden.
Debido a que es de noche y los manifestantes estar vestidos de negro, es difícil establecer un aproximado de la cantidad que se ha citado a la Plaza de la Bandera, pero lo que sucedió el jueves superó en número de personas y en ocurrencias a los días anteriores.
Ayuda mutua
Desde que inició la aglomeración, alrededor de las 3:00 de la tarde, un grupo de personas empezó la distribución de botellas de agua. Más adelante, distribuyeron guineos maduros, jugos y galletas. Incluso, les ofrecieron a los policías, quienes al principio lo rechazaron, pero luego lo vieron como agrado.
Cada cierto tiempo pasaba una pequeña brigada por los lugares para recorrer cada desperdicio, hasta los que dejaban los agentes. La medida se realiza al final de cada convocatoria.
Aunque algunos intentaban provocar desorden con brincar las vallas de seguridad, sus compañeros y custodias les invitaban amablemente a mantener las pautas.
Era como si hubiese una logística, reglas escritas a cumplir y todo debía ser consensuado.
La curiosidad
A las 4:30 de la tarde, las autoridades cerraron el tramo frente a la Junta, lo que afectó el tránsito por las avenidas 27 de Febrero y Gregorio Luperón. El espacio fue aprovechado para los jóvenes exhibir sus creatividades.
En diversos puntos colocaron tambores y cornetas para corear consignas contra la Junta, el Gobierno y los políticos.
Disfraces de presos, superhéroes, de películas de terror, de series de televisión y encima, zancos, hacían sus entradas, como si fuera un desfile de comparsas en el carnaval.
La educación que mostraron los jóvenes provocó que a última hora los policías los dejaran colocarse en la vía frente a la Junta.
Y al final de la jornada, los manifestantes entonan las letras del Himno Nacional. Un ejemplo que ha sido emulado en otras provincias y ha llamado la atención de figuras del arte.