Nos reunimos con el político esloveno en la terraza de una cafetería de Liubliana. Hace unos días, este democristiano miembro del PPE, el gran grupo de la derecha, dio mucho que hablar en la última sesión plenaria de la legislatura en el Parlamento de Estrasburgo. Lojz, como le llaman sus allegados, cogió su instrumento de bolsillo para tocar la Novena de Beethoven. “Feliz Pascua”, decía. Ovación en pie del hemiciclo. El vídeo que inmortalizó el momento tuvo más de 100.000 visitas.
Pero hoy, no es una oda a la alegría. Eslovenia está furiosa. El último recurso es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Este pequeño país alpino interpuso una demanda ante el máximo órgano judicial de la UE el pasado 13 de julio, contra su gran vecino, Croacia. Como último recurso, porque se ha intentado todo para tratar de resolver un viejo conflicto —o casi— pero no la guerra, afortunadamente. A partir de ahora, Liubliana se encomienda a la sabiduría de los jueces de Luxemburgo.