Hace apenas tres días, el siguiente mensaje se colaba en miles de ordenadores de distintos organismos oficiales de Ucrania: “Temed lo peor, está cada vez más cerca”. Aunque la magnitud del ciberataque está aún por determinar, no parece que afectara en exceso el día a día de la administración ucraniana o que provocara un apagón energético en pleno invierno, como sí sucedió en diciembre de 2015.