La tragedia de Nador, en la que murieron al menos 23 personas al intentar cruzar la valla que divide la ciudad española de Melilla de Marruecos, ha puesto el foco en este enclave europeo en África.
Las muertes – que organizaciones de derechos humanos elevan a 37 – ocurrieron del lado marroquí el viernes pasado, cuando cientos de migrantes trataron de sortear la valla.
Según los reportes oficiales, muchas de las víctimas cayeron desde lo alto de la cerca fronteriza y otras fueron aplastadas en un momento de estampida.
Pero de acuerdo a los testimonios y a imágenes difundidas por los sobrevivientes, hubo agresiones de agentes marroquíes a los migrantes.
Este intento de cruce masivo que acabó en tragedia es el primero desde que España y Marruecos reanudaron sus relaciones diplomáticas en marzo pasado.
El nuevo acercamiento entre los dos países ocurrió luego de que España manifestara su apoyo para el plan marroquí de autonomía para la disputada región del Sahara Occidental.
Pero las tensiones que rodean a la única frontera europea en África no son nuevas.
En julio de 2019, BBC Mundo viajó a Melilla, una de las dos ciudades españolas situadas en el norte de África que colindan con Marruecos. La otra es Ceuta.
Su situación como enclave español en suelo continental africano implica que son el único punto de entrada terrestre a la UE desde este continente.
En el documental de BBC Mundo realizado en aquel momento, se explora por qué estas ciudades son el objetivo de miles de migrantes cada año, muchos de los cuales huyen de conflictos armados o persecuciones por las que podrían obtener el estatus de refugiado.
Y se muestra cómo Melilla, de 85.000 habitantes, está rodeada de la frontera más fortificada de la Unión Europea. 12km de largo y seis metros de alto separan a Marruecos de España y suponen el último obstáculo para quienes se proponen llegar a Europa.
Quienes tratan de cruzar la frontera ilegalmente lo hacen saltando la valla, escondidos en coche o por mar en una embarcación, pero no todos lo consiguen.
Los migrantes que tratan de saltar se exponen a cortes y lesiones por caídas mientras las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas patrullan para neutralizar sus intentos – muchos de los cuales acaban en tragedias como la del viernes pasado en Nador.