A pesar de los recientes éxitos anunciados por el ejército ucraniano en su contraofensiva contra Rusia, así como las sanciones occidentales al Kremlin, el presidente Vladímir Putin cuenta con un aliado de peso: China, que esta semana reafirmará su apoyo.
En su primera gira al extranjero desde el inicio de la pandemia, el presidente chino, Xi Jinping, se reunirá esta semana con su homólogo ruso en una cumbre regional en Uzbekistán, prueba de la alianza forjada entre ambas potencias para sortear los esfuerzos de Washington por aislar a Moscú.
Pekín nunca ha apoyado explícitamente la invasión rusa de Ucrania, pero tampoco la ha condenado, y ha criticado a Occidente por enviar armas al gobierno de Kiev y sancionar a Rusia.
En un contexto de relaciones tensas con Estados Unidos, Pekín también tiene interés en estrechar la relación con su vecino ruso, apuntan varios analistas.”Gane o no gane Rusia (en Ucrania), China seguirá alineándose de manera estrecha con Rusia, lo cual es una estrategia que se deriva del estado actual de las relaciones entre China y Estados Unidos“, explica Yun Sun, directora del programa sobre China en el Centro Stimson de Washington.
Para China, además, Moscú es un socio fundamental a la hora de contrarrestar la influencia de Washington en el tablero internacional.
China, gran cliente del petróleo ruso
El lunes, Yang Jiechi, el responsable de la diplomacia en el Partido Comunista, declaró al embajador de Rusia en China que ambos países podrán juntos “promover el desarrollo del orden internacional en una dirección más justa y razonable”.
Está en riesgo cooperación China-ONU
A nivel comercial, China aumentó sus compras de petróleo ruso en los últimos meses. Entre mayo y julio, Moscú fue su principal proveedor de crudo, lo que le permitió al Kremlin atenuar el impacto económico de las sanciones occidentales.
Las relaciones entre Pekín y Washington son tensas desde hace años, en un contexto de guerra comercial y acusaciones de Estados Unidos en el capítulo de los derechos humanos.
En agosto, la relación bilateral se degradó aún más con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán, gobernada por un ejecutivo autónomo y que China considera un territorio suyo.
En respuesta, Pekín efectuó los mayores ejercicios militares de su historia alrededor de la isla y anuló la cooperación con Washington en varios ámbitos, entre ellos la lucha contra el cambio climático.
La semana pasada, el jefe del poder legislativo chino y número tres del régimen comunista, Li Zhanshu, se convirtió en el dirigente chino de mayor rango en visitar Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania. En su visita, alabó el “nivel inédito” de la confianza y la cooperación entre Pekín y Moscú.
Esperanzas en relación con China para Putin
Y si Rusia “se ve debilitada por la guerra, tampoco es una mala noticia para China, que en ese caso será más dominante en la relación bilateral”, considera Yun Sun.
Ejército ucraniano reclama la captura de una ciudad clave como contraofensiva a Rusia
“A medida que la posición rusa se deteriora, Putin buscará obtener un apoyo más fuerte de China“, abunda Hal Brands, profesor de relaciones internacionales en el Instituto Johns Hopkins de Washington.
Xi Jinping y Vladímir Putin se vieron por última vez a inicios de febrero en Pekín, cuando la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, menos de tres semanas antes de la invasión de Ucrania.
Moscú y Pekín firmaron entonces una declaración común, en la que abogaban por una “nueva era” en las relaciones internacionales y reafirmaban que “la amistad entre ambos países no tiene límites”.
Su nuevo encuentro en Samarcanda, durante la cumbre regional prevista 15 y 16 de septiembre, sucede “en un momento de grandes movimientos en el campo de batalla, lo que significa que Rusia está poniendo muchas esperanzas en la ayuda de China“, destaca Joseph Torigian, experto en relaciones internacionales en la Universidad Americana, en Washington.
Lo que está por ver, según él, es si Rusia no va a “pedir demasiadas cosas, y en qué medida piensa China poder ayudar sin sacrificar sus propios intereses económicos”, añade Torigian a AFP.