Cuando al Real Madrid se le da por muerto, más peligroso es. Especialmente en Champions. El equipo blanco ha vivido otra noche europea de ensueño al remontar frente al París Saint Germain en la ida de los octavos y acabar ganando 3-1. A pesar del gol de Rabiot, la eliminatoria se resolverá el 6 de marzo en París con ventaja para los blancos gracias a los dos goles de Cristiano Ronaldo y al de Marcelo. [Así hemos narrado el Real Madrid 3-1 PSG en RTVE.es, por Óscar López]
Se hablaba que era el partido que enfrentaba al rey de Europa con el candidato al trono y ambos quisieron hacer honor a las expectativas desde el pitido inicial. Con un Bernabéu enchufado como en las grandes noches europeas, el equipo blanco salió convencido de que había que morder a los franceses.
Como ordenaba Camacho cuando mandaba en el vestuario desde la capitanía, el Real Madrid hizo la primera falta —a Neymar— y el primer ataque sobre la portería rival. El ritmo de la presión que imprimieron los de Zidane en los primeros diez minutos era imposible de mantener durante muchos más minutos.
En los últimos cuatro años, cuando el Real Madrid apretaba así en su casa era sinónimo de que al menos un gol caía. Esta temporada cuesta mucho más abrir la lata. Los años pesan. No se había cumplido la media hora y en una contra Marcelo habilitaba a Cristiano Ronaldo para que se jugara el mano a mano frente al portero rival (27′). No se rompería el cero a cero y es que el esférico se estrelló contra el rostro de Areola.