“Las empresas no tienen carta blanca para no cumplir con sus responsabilidades según la ley, simplemente porque contratan a trabajadores de poblaciones vulnerables que pudieran tener miedo de defender sus derechos”. Con ese planteamiento el encargado de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos en República Dominicana, Robert Thomas, explicó hoy la razón de vetar la entrada de productos elaborados por la empresa Central Romana Corporation al mercado estadounidense.
“Central Romana Corporation tiene un largo y desafortunado historial de no dar a sus trabajadores el trato que merecen”, aseguró.
Citó que las acciones de Central Romana incluyen “la creación de duras condiciones laborales, oferta de viviendas inadecuadas para los trabajadores, oferta de salarios extremadamente bajos, establecimiento de limitaciones a los movimientos de los trabajadores, dejándolos en un estado de aislamiento y provocando el miedo a represalias por denunciar”.
Thomas fue el orador invitado en el almuerzo mensual de la Cámara Americana de Comercio (Amchamdr), escenario que aprovechó para expresar que el Gobierno estadounidense está dispuesto a trabajar con Central Romana para mejorar sus condiciones laborales.
Destacó ante empresarios dominicanos que el desempeño de la empresa procesadora de azúcar y alimentos derivados de la caña va en detrimento del esquema de competitividad a nivel nacional, atentando contra las normativas de acuerdos comerciales como el DR-Cafta.
“Más allá de los derechos individuales de los trabajadores, todas las empresas representadas en esta sala merecen poder competir en igualdad de condiciones. Cuando algunos empleadores cercenan los derechos laborales de sus empleados, les da una ventaja injusta sobre el resto de ustedes que sí están cumpliendo con las reglas”, sostuvo.“Sabemos que estas prácticas laborales injustas no son un valor dominicano. Ahora la empresa tendrá que rendir cuentas”Robert ThomasEncargado de Negocios de la Embajada de EE. UU.“
En el marco del DR-Cafta
“Los dominicanos me han dejado claro que creen que todos los trabajadores merecen un trato justo, y la actual legislación laboral dominicana ya lo exige”, precisó, al tiempo que destacó, en el marco del DR-Cafta, que tanto la República Dominicana como Estados Unidos se comprometieron a la plena aplicación de las leyes laborales estadounidenses.
En ese orden, añadió que “importar productos a Estados Unidos que se fabrican con trabajo forzoso va en contra de nuestros valores, y de nuestras leyes, y también va en contra de las leyes y los valores de la República Dominicana”.
“Las agencias gubernamentales estadounidenses, así como los líderes de la sociedad civil, han debatido públicamente la preocupante situación de esta empresa durante muchos años. Sin embargo, algunas de nuestras preocupaciones fundamentales siguen sin resolverse”, expresó Thomas.
“Sabemos que estas prácticas laborales injustas no son un valor dominicano. Ahora la empresa tendrá que rendir cuentas y ajustarse a las normas laborales a nivel internacional”, añadió.
Aseguró que ambos países comenzarán ajustar sus normas para evitar maltrato laboral. “Si es necesario que el gobierno haga cumplir la ley, ya sea aquí o en Estados Unidos, significa que el empleador ya ha dejado de tratar a las personas de forma justa”, apuntó