Salma ha conseguido justicia. Un año después de que dos hombres le quemaran el coche a la puerta de su casa, en La Meca, al oeste de Arabia Saudí, un tribunal los ha enviado a la cárcel y condenado a recibir una tanda de latigazos. Salma es Salma al Sharif, una de las primeras saudíes en beneficiarse del decreto real que levantó la prohibición de que las mujeres condujeran en el conservador Reino del Desierto. En medio de la euforia que generó la medida, varios incidentes mostraron la resistencia de los sectores más inmovilistas al cambio. La sentencia les ha enviado un potente mensaje.
A sus 33 años, Salma trabajaba como cajera en la ciudad santa de La Meca. Según contó entonces a la prensa saudí, gastaba la mitad de los 4.000 riales (1.000 euros) que ganaba en pagar un chófer que la llevara y recogiera del trabajo, además de trasladar a sus ancianos padres. Así que en cuanto se anunció que las mujeres iban a poder conducir, se preparó, pasó el examen y se compró un coche. Pero eso fue lo fácil. Desde el momento que se puso al volante, se enfrentó a los insultos de sus vecinos que le pedían que dejara de conducir porque iba “contra la voluntad de Dios”.
Los dos hombres condenados, y cuya identidad no ha sido difundida por los medios locales, quemaron el coche de forma intencionada porque “se oponían a las conductoras”, declaró en su día Salma. La policía actuó con rapidez y les detuvo enseguida. Uno de los hombres admitió haber comprado la gasolina y haber pedido la ayuda del otro para quemar el coche de la mujer. Pero la justicia ha sido más lenta. Un primer tribunal les absolvió por falta de suficientes pruebasen octubre de 2018. Ambos se retractaron de su primera admisión de culpabilidad.