Cachemira sigue amordazada mientras el resto de India lo celebra

Al menos quince enfrentamientos y seis heridos de bala en un valle sin teléfono

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La Cámara Baja en Nueva Delhi consumó ayer la supresión del estado de Jammu y Cachemira, ahora dividido y degradado a la condición de dos meros “territorios de la Unión”. Pero los cachemires siguen ahí y los incidentes de violencia empiezan a aflorar, pese al bloqueo a que ha sido sometido el valle, privado de internet y de comunicación telefónica desde hace más de dos días. Nueva Delhi, previsora, distribuyó antes cientos de teléfonos por satélite entre sus hombres.

La jugada política más radical de Narendra Modi ya ha empezado a elevar la temperatura, no sólo en Cachemira sino también en su nuclearizado vecindario. El ejército pakistaní emitió ayer un comunicado en el que se declara “dispuesto a todo”. Mientras que China –especialmente molesta por el desgajamiento del Ladakh de cultura tibetana– calificaba la decisión india de “inaceptable” y “sin consecuencias legales”.