“Pensé que iba a violarme. Traté de gritar pidiendo ayuda. Cuando lo hice, Brettme puso su mano sobre la boca para evitar que gritara“.
Así relató Christine Blasey Ford este jueves ante el Senado la supuesta agresión sexual de 1982 de la que acusa al juez Brett Kavanaugh, candidato de Donald Trump al cargo vitalicio de magistrado de la Corte Suprema de Estados Unidos.
“Absolutamente no”, respondió tajante cuando le preguntaron si podía estar confundida sobre la identidad de su agresor, de lo que aseguró estar “100%” segura.
El Comité de Justicia del Senado escuchó esta esperada e histórica declaración que podría ser determinante para la designación de Kavanaugh.
Con voz en ocasiones temblorosa, Ford relató su versión de lo que ocurrió en el transcurso de una fiesta de amigos cuando ella tenía 15 años y él 17 en una casa de campo, y que según su testimonio, “alteró drásticamente” su vida.
Respuesta entre lágrimas
Kavanaugh, que rechaza sus acusaciones y las de otras tres mujeres que también aseguran haber sido víctimas de agresión sexual, declaró también minutos después ante el Senado.
“Nunca he agredido sexualmente a nadie. Ni en la escuela, ni en la universidad. Nunca”, afirmó.
El juez defendió su inocencia en un elevado tono de aparente enfado. Sus palabras se vieron entrecortadas en varios momentos por la emoción.
A punto de romper llorar, el juez aseguró que su familia y su nombre habían sido “total y permanentemente destruidos por acusaciones adicionales viciosas y falsas”.
“Esto es un circo”.
Además, Kavanaugh negó haber estado nunca en la fiesta en la que Ford enmarca los presuntos abusos, y remarcó en repetidas ocasiones el hecho de que el resto de personas supuestamente presentes en la reunión no recordaran lo ocurrido.
“Incluso su amiga de toda la vida, la señora Keyser, dijo que no me conoce y que no cree que me haya visto nunca en una fiesta… Piensen en eso”.
“Pensé que iba a violarme”
Según el relato de Ford, Kavanaugh y su amigo Mark Judge la empujaron sobre la cama de una habitación. Entonces, Kavanaugh se abalanzó sobre ella y comenzó a tocarla e intentar quitarle la ropa.
En ese momento, la mujer temió que la fueran a violar e incluso que, tapando su boca para que no gritara, accidentalmente la mataran.
“Esto fue lo que más me aterrorizó y ha tenido el impacto más duradero en mi vida”, aseguró la profesora universitaria.
Ford señaló como uno de sus más vívidos recuerdos las risas de Kavanaugh y Judge, en estado de ebriedad. “Los dos parecían estar pasándolo bien”.
En un momento, ella consiguió escapar de la habitación y esconderse en un baño. Sus presuntos agresores salieron de la habitación y ella se fue corriendo de la casa.
“Deber cívico”
La mujer explicó que el miedo y la vergüenza la hicieron mantener su historia en secreto durante muchos años. “No quería decirle a mis padres que, con 15 años, estaba en una casa sin adultos y bebiendo cerveza con chicos”.
Por ello, afirmó que había intentado convencerse de olvidarse del episodio y que “nada había pasado”.
Pero ello cambió cuando supo que Kavanaugh estaba en la lista corta de candidatos a la Corte Suprema. Ford consideró que era su “deber cívico” contar lo ocurrido.
Según su testimonio, esto le hizo recibir miles de muestras de apoyo, pero tambiéninsultos y “amenazas de muerte”.
A quienes la acusan de actuar por motivaciones políticas, la mujer aseguró: “Soy una persona independiente y no soy el peón de nadie”.
“No es mi responsabilidad determinar si el señor Kavanaugh merece sentarse o no en la Corte Suprema. Mi responsabilidad es decir la verdad”, agregó.
Niega las acusaciones
La de Ford no es la única acusación de agresión sexual que recibió el candidato de Trump al Supremo en las últimas semanas.
Poco después de conocerse este primer caso, una compañera de Kavanaugh en la Universidad de Yale, Deborah Ramirez, le dijo a la revista The New Yorker que también fue agredida en una fiesta en un dormitorio.
Este miércoles, una tercera mujer, Julie Swetnick, aseguró haber sido víctima de una violación colectiva en 1982 en una fiesta a la que asistió el juez.
Y pocas horas después, se supo que una mujer envió a principios de esta semana una carta al senador republicano de Colorado, Gory Gardner, afirmando que Kavanaugh le realizó tocamientos sin su consentimiento en 1998.
Kavanaugh asegura que todas las acusaciones son falsas, una opinión que también comparte Donald Trump.
Sin embargo, el presidente no descartó este miércoles que pueda “cambiar de opinión” respecto a su candidato a la Corte Suprema e incluso retirar su nominación tras escuchar los testimonios de las mujeres que lo acusan.
“Si yo pensara que es culpable de algo como esto, sí, claro”, afirmó. “A mí se me puede convencer de cualquier cosa”.
La Casa Blanca confirmó que Trump siguió este jueves por televisión la declaración de Ford ante el Senado, la que calificó como “un día importante en la historia de nuestro país”.
¿Qué pasará ahora?
Está previsto que el Comité de Justicia del Senado vote este viernes sobre la designación de Kavanaugh a la Corte Suprema, aunque su presidente, el senador republicano Chuck Grassley, dejó abierta la posibilidad de que pueda retrasarse.
Los diez senadores demócratas que forman parte del comité pidieron a Trump la retirada “inmediata” de la nominación de Kavanaugh.
Los republicanos quieren que su candidato esté confirmado antes de las elecciones legislativas del próximo mes, cuando podrían perder el control del Senado.
Los nueve miembros de la Corte Suprema, que son nombrados por el presidente y ocupan su cargo de por vida, desempeñan un papel vital en la vida política de Estados Unidos ya que tiene la última palabra sobre las leyes del país.
La presencia de Kavanaugh en el organismo podría darle un carácter más conservador durante décadas.