Rusia ha intensificado en las últimas horas su ofensiva en Ucrania y esta madrugada ha vuelto a sembrar el horror bombardeando varias regiones. Estos ataques imitan el ‘modus operandi’ del viernes, cuando el Kremlin arrasó las ciudades del oeste del país. Con todas esas zonas asediadas, ahora los esfuerzos de Putin están centrados en un único objetivo: la toma de Kiev. Mientras tanto, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, ofrece otra perspectiva sobre la situación y ha asegurado que el Ejército ruso ha sufrido “sus mayores bajas en décadas”.
En su último discurso en vídeo a la nación, Zelesnki ha relatado que “31 grupos tácticos de batallones rusos se han vuelto incapaces de combatir”, y asegura que el ejército extranjero ha sufrido grandes pérdidas.
Sin embargo, los informes que llegan desde los alrededores de Kiev y otras ciudades arrojan una situación poco halagüeña. Aunque los soldados ucranianos han aguantado mejor de lo esperado y han logrado mantener a raya al Ejército en la ciudad, el presidente ruso, Vladimir Putin, continúa con el foco puesto en la capital, punto estratégico de su ofensiva, e imágenes vía satélite muestran a su Ejército cerca de Kiev.
Edificios destruidos después de un bombardeo en Zhytomyr. Efe
Los ataques con cohetes rusos han destruido una base aérea en esta zona y han alcanzado un depósito de municiones cerca de la ciudad de Vasilkov en la región de Kiev, según ha comunicado la alcaldesa, Natalia Balasynovych.
El Ministerio de Defensa del Reino Unido ya emitió un comunicado esta semana en el que aseguraba que su inteligencia cree que las tropas de Putin “probablemente estén reagrupándose para reanudar su ofensiva en los próximos días, lo cual incluiría operaciones contra Kiev“.
Fuentes: WNA, EFE, Fuerzas Armadas de Ucrania, The New York Times, ISW y elaboración propia.
Mientras la ofensiva continúa, en el interior de la ciudad se está realizando acopio de medicamentos y bienes de primera necesidad ante una posible invasión. Además, este sábado se ha conocido que Kiev reanudará las evacuaciones durante el fin de semana, según ha informado el gobernador regional de la ciudad, Oleksiy Kuleba.
En declaraciones a los medios locales, Kuleba ha explicado que su intención es que las evacuaciones se inicien hoy y se prologuen a lo largo del domingo. “Intentaremos sacar a la gente todos los días, siempre que sea posible observar un alto el fuego”, ha dicho.
En ese sentido, este sábado el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron han vuelto a pedir un alto el fuego inmediato a Putin durante una llamada telefónica de 75 minutos, y han lamentado que el presidente ruso “no tiene intención de parar la guerra”.
“La conversación es parte de los esfuerzos internacionales en curso para poner fin a la guerra en Ucrania”, ha explicado un portavoz del Gobierno alemán en un comunicado.
Ataque a la estratégica Mykolaiv
Los bombardeos en este decimoséptimo día de guerra prosiguen sobre instalaciones y poblaciones estratégicas, como en la ciudad de Mykolaiv, en el sur de Ucrania, donde sus residentes han despertado igualmente este sábado con los sonidos de la batalla.
A lo largo de la noche los bombardeos rusos golpearon varias zonas civiles y dañaron un hospital oncológico, obligando a los residentes a protegerse en refugios antiaéreos.
Durante casi dos semanas las fuerzas rusas han estado tratando de rodear la ciudad y cruzar el río Southern Buh, que fluye a través de Mykolaiv y es una defensa natural contra el avance ruso hacia el oeste y Odessa, la ciudad portuaria del Mar Negro que es uno de los primeros objetivos rusos.
Personas que huyen de la invasión rusa de Ucrania llegan al cruce fronterizo de Siret. Reuters
Mientras, en el otro lado del país, en la portuaria ciudad de Mariúpol, los rusos han bombardeado la mezquita del sultán Suleiman el Magnífico, donde se encontraban 80 civiles escondidos, aunque no se han reportado muertos o heridos.
Mariúpol, una ciudad de unos 500.000 habitantes en el sureste de Ucrania y a orillas del mar interior de Azov, es un importante núcleo industrial que sufre el asedio ruso desde el principio del conflicto. No obstante, las autoridades ucranianas han logrado abrir un corredor humanitario para llevar alimentos y medicinas.
Chernigov, al norte de la capital, también está siendo atacado por los rusos y permanece sin suministro de agua, electricidad, ni tampoco sus ciudadanos tienen acceso al gas que podría hacer funcionar los sistemas de calefacción.
Este viernes el ejército ruso bombardeaba tambiénlas ciudades de Lutsk e Ivano-Frankivsk. Con esta expansión hacia la zona occidental de país las tropas se aproximan a dos centrales nucleares: Rivne y Khmelnitsky, así como a países fronterizos pertenecientes a la OTAN: Polonia y Rumanía.
Por su parte, Moscú sigue negando haber atacado a civiles en lo que llama una ‘operación especial’ para desmilitarizar Ucrania y derrocar a los líderes a los que llama neonazis.
Putin lanzó la invasión el 24 de febrero en una operación que ha sido casi universalmente condenada en todo el mundo y que ha provocado duras sanciones occidentales contra Rusia.
El bombardeo ha atrapado a miles de personas en ciudades sitiadas y ha enviado a 2,5 millones de ucranianos a huir a los países vecinos.
Sanciones
Los esfuerzos para aislar económicamente a Rusia se han intensificado, y Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones a altos funcionarios del Kremlin y a los oligarcas rusos este viernes.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha explicado que la UE suspendería el trato comercial y económico privilegiado de Moscú, además de tomar medidas enérgicas contra su uso de criptoactivos y prohibir la importación de productos de hierro y acero, así como la exportación de artículos de lujo.
En respuesta, Moscú asegura que la Unión Europea “terminará pagando” al menos tres veces más por petróleo, gas y electricidad por imponer tales medidas.
“Creo que la Unión Europea no se beneficiaría de esto, tenemos suministros más duraderos y nervios más fuertes”, dijo a Interfax el ministro de Exteriores de Rusia, Nikolai Kobrinets.