Los uniformes escolares con sistema de rastreo para los estudiantes solo ha sido el último episodio que ha desatado la polémica sobre el control que ejerce el Gobierno chino sobre sus ciudadanos. La adhesión de un chip a los uniformes conectados a un sistema de reconocimiento facial permite saber cuándo los estudiantes se quedan dormidos en clase o salen de la escuela sin permiso. La polémica ha llegado con el hecho de que estos puedan ser rastreados también fuera de la escuela.

Un capítulo más en el escándalo desatado en occidente por el control sobre los ciudadanos por parte de un Gobierno que usa con fuerza dos elementos tecnológicos: la Inteligencia Artificial y el procesamiento de grandes cantidades de datos (big data). Dos premisas en las que el país asiático lleva camino de convertirse en líder mundial frente al país históricamente dominante: Estados Unidos en tecnología. ¿Quién está detrás de esta planificación y de este ascenso vertiginoso de la industria tecnológica? En gran medida la empresa Sensetime.

 

 

Pekín adopta nuevas tecnologías a un ritmo vertiginoso para el control ciudadano

Cuando en marzo de 2018 Xi Jinping, presidente del país, conseguía abolir el máximo de dos mandatos consecutivos saltaban las alarmas. Es precisamente Xi Jinping quien ha desarrollado este plan sobre la industria de inteligencia artificial: el mandatario pretende llegar a gastar 150 billones de dólares para liderar el área de la tecnología a nivel global para 2030. Con Xi Jinping de manera indefinida en el cargo, no se prevé que este plan vaya a paralizarse.

Xi Jinping dando un discurso en una pantalla gigante en Xinjiang

Xi Jinping dando un discurso en una pantalla gigante en Xinjiang (Bloomberg / Bloomberg)

¿Por qué China es líder en el sector de la Inteligencia Artificial? En primer lugar, el 85% de las empresas chinas son parte activa del campo de esta industria. Por otro lado, la inteligencia artificial en China engloba muchas más compañías que el sector en otros países. Y, probablemente la más importante: las estrategias de crecimiento en el sector que en un pasado llevaron a países como Alemania o Estados Unidos a ser líderes en su momento parecen estar frenando ahora el progreso, haciendo que Estados Unidos haya quedado relegada al segundo puesto por detrás de China.

Por otro lado, la corporación Sensetime es la mayor encargada de proveer al gobierno de la tecnología que se ve en las calles y de la que hace uso la policía. Las ciudades se inundan de cámaras con sistemas de reconocimiento facial, capacidad de leer las matrículas de los coches e incluso de predecir la rutina de las personas y anticiparse a sus próximos movimientos. La policía ya ha probado unas gafas dotadas de reconocimiento facial con las que identificar a fugitivos.

 

 

Las autoridades se desmarcan de las acusaciones alegando que mejora la reducción de crímenes

Es ahí donde han surgido las voces más críticas contra el Gobierno chino, especialmente la ONG Humans Rights Watch, desde donde se denuncia que estas medidas solo aumentan el control sobre los disidentes, los activistas y las minorías sociales. Entre las potestades de las autoridades se encuentran el negar a una persona viajar en tren por tener antecedentes que lo sitúen como una persona crítica con el Gobierno chino.

Precisamente, las autoridades se desmarcan de las acusaciones alegando que mejora la tarea de la policía al buscar sospechosos, predecir crímenes y responder de manera eficiente ante cualquier suceso. Aun así, a partir de febrero de 2019, la policía china tendrá mayor poder sobre el manejo de la información personal de los ciudadanos y también una mayor impunidad si esa información resulta dañada.

También alegan que, en el caso de los ciudadanos corrientes, la información simplemente es recopilada y almacenada, no se usa para nada más. Aun así, Humans Rights Watch mira con recelo los movimientos del Gobierno chino en materia de seguridad y control ciudadano.

Invasión de la privacidad o no, se ha demostrado la eficiencia de esta tecnología. En China es famoso el caso de los conciertos del artista Jacky Cheung, donde tres fugitivos fueron detenidos por separado en distintos eventos gracias a las cámaras instaladas en las ciudades. Un sistema de cámaras que cuenta con 170 millones, pero que espera llegar a los 400 millones para el año 2021.

 

 

Otro caso es el de la ciudad china de Hanghzou. Uno de los mayores problemas que sufren las ciudades en China son los embotellamientos de tráfico. Las autoridades de Hanghzou consiguieron reducir notablemente las retenciones de tráficomediante el uso de cámaras y una informatización eficiente de las señales y los semáforos. La ciudad pasó del puesto número cinco al cincuenta y siete en la lista de ciudades congestionadas por tráfico.

Miembros del Ejército de Liberación Popular en la Plaza de Tiananmen

Miembros del Ejército de Liberación Popular en la Plaza de Tiananmen (Giulia Marchi / Bloomberg)

¿Dónde se sitúa la polémica? En sobrepasar el concepto de Smart City (ciudad inteligente). Mientras este se refiere a lograr una mayor eficiencia y sostenibilidad mediante un uso equilibrado de recursos tecnológico y naturales sumados a una potente concienciación ciudadana, el aspecto tecnológico para organizar la vida en China parece rebasar las barreras morales y el derecho a la intimidad.

El reconocimiento facial y el rastreo de datos personales son constantes

El ejemplo más claro podría ser el supuesto sistema de puntuación ciudadana en el que dependiendo de los actos de cada persona, una puntuación establecida ascendiese, dotándola de ventajas, o descendiese otorgándole el grado de “persona no confiable”. Estas ventajas pueden ser tener preferencia al acceder a ciertos servicios con respecto a otras personas u obtener descuentos en una serie de productos. ¿La mayor controversia? El tener instalado un sistema espía permanente en el teléfono.