Al menos 13 policías han sido asesinados este jueves por el crimen organizado en México, en el que se presupone uno de los ataques más sangrientos contra agentes en los últimos meses. Ocho integrantes de la policía estatal y cinco de la fiscalía fueron atacados por un grupo delictivo en Coatepec Harinas, en el Estado de México, cerca del límite con Guerrero, uno de los Estados más violentos del país. En una comparecencia conjunta, el fiscal del Estado, Alejandro Gómez y el secretario de Seguridad, Rodrigo Martínez, han explicado que los policías “realizaban labores de patrullaje en la región justamente para el combate de grupos delictivos que operan en la zona”.
Los funcionarios han señalado que elementos del Ejército, la Armada y la Guardia Nacional recorren la zona para dar con los perpetradores. “Las instituciones que conforman la Coordinación para la Construcción de la Paz en el Estado de México condenan este artero y cobarde ataque y hacen el compromiso de que no quedará impune”, han explicado. El fiscal ha informado además de que peritos y agentes de la fiscalía están trabajando en el lugar del crimen para levantar los cuerpos y llevárselos al forense.
México contó el año pasado más de 35.000 asesinatos, cifras similares al año anterior. El país atraviesa una crisis de violencia sin parangón desde hace ya 15 años, a raíz de la embestida del Estado contra los grupos criminales. Sin ser habituales, masacres de policías como la de Coatepec han ocurrido en los últimos años en otros puntos del país. En octubre de 2019, por ejemplo, 13 policías federales fueron asesinados en Aguililla, Michoacán, territorio que sufre como pocos la violencia. Antes, en abril de 2015, un grupo armado acribilló a un convoy de la policía de Jalisco. 15 agentes murieron.
Fuera de todos los radares de seguridad, Coatepec Harinas es un municipio del sur del Estado de México, ajeno a la problemática zona metropolitana de Ciudad de México y al área conurbada de Toluca, la capital estatal. De acuerdo al último informe sobre la situación de seguridad en la entidad, presentado en junio pasado por el jefe del Ejército, el general Luis Cresencio Sandoval, Coatepec no destaca por ser un foco de secuestros, extorsiones o robo de combustible, algo más habitual en el cinturón de municipios que rodean a Ciudad de México por el norte.
Partiendo de las explicaciones de Sandoval, la dinámica delictiva en la zona apunta a los estados de Morelos y Guerrero, cercanos a Coetepec, sobre todo el segundo. En su comparecencia de junio pasado, Sandoval explicó que uno de los cuatro grupos delictivos que operan en el Estado, La Familia Michoacana, era el más fuerte en la región sur. En un mapa que usó el general en su presentación, Coatepec aparece pintado de naranja claro, bajo la influencia de La Familia, junto al resto de municipios del sur y de la región de Tierra Caliente.
Sandoval dijo entonces también que La Familia Michoacana, supuestamente comandada por Johnny Hurtado Olascoaga, alias El Pez, habría establecido una alianza con un grupo menor, una escisión de Los Caballeros Templarios, banda delictiva con fuerte presencia en Michoacán hace años. También dijo que esta alianza peleaba el sur del Estado de México con la banda delictiva Guerreros Unidos, nombre célebre en el mundo del hampa por su papel en el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, en el Estado de Guerrero, en septiembre de 2014.
Personaje misterioso, Hurtado Olascoaga fue uno de los objetivos principales del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) en materia de seguridad. Con base en Arcelia, Guerrero y otros pueblos de la región de Tierra Caliente, El Pez fue señalado de estar detrás de la ola de secuestros que asoló el turístico municipio de Valle de Bravo, en el Estado de México, en 2014. Las autoridades no pudieron agarrarle. Algunas notas periodísticas le dieron incluso por muerto.
Tras la matanza de civiles a manos de militares en Tlatlaya en 2014, una de las teorías que manejaron las autoridades es que el grupo ajusticiado por el Ejército respondía a Hurtado Olascoaga, pero nunca se pudo probar. Como Coatepec, Tlatlaya es un municipio del sur del Estado de México, aunque a diferencia del primero, Tlatlaya figura ya en la región de Tierra Caliente. A Hurtado Olascoaga también le han relacionado con delitos de extorsión en Tierra Caliente y con concesiones de transporte de empresas mineras en Guerrero.
La cantidad de agentes ejecutados este jueves y la aparente fortaleza del grupo que les atacó —las autoridades no han informado de muertos o heridos civiles— obliga a preguntarse por el motivo de la agresión. Hasta el momento se desconoce cómo inició la balacera o siquiera si hubo intercambio de disparos. La posición geográfica de Coatepec Harinas impide además sacar demasiadas conclusiones. El municipio figura cerca de Taxco y la sierra guerrerense, productora de amapola. En Guerrero y Morelos, otros grupos, caso de Los Rojos, han estado detrás de eventos violentos en los pasados años.