Alemania se ha precipitado a una grave crisis política, de la que probablemente tardará meses en salir, después del fracaso de los intentos de la canciller en funciones, Angela Merkel, de tejer una coalición de gobierno con liberales y verdes. Las negociaciones se rompieron anteanoche, con lo que se abre un escenario inédito en este país, que podría conducir a un gobierno en minoría o a elecciones anticipadas. Pero aunque el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, se pronunció en contra de nuevas elecciones tan pronto, y llamó a los partidos a seguir dialogando para formar un gobierno, Merkel dejó claro de inmediato que tiene otros planes. Para Alemania, para su partido –la democristiana CDU– y, por supuesto, para sí misma.
En una entrevista anoche con las dos cadenas públicas, ARD y ZDF, Angela Merkel afirmó que preferiría otras elecciones a liderar a un gobierno en minoría, la otra opción posible, aunque sin precedentes en la historia moderna del país. La canciller no descartó absolutamente esa posibilidad (“hoy no diría nunca”, remachó), pero se declaró escéptica al respecto, alegando que Alemania necesita un gobierno estable.
“El presidente federal tiene ahora la última decisión. Si ahora hay nuevas elecciones, es decir, si las hubiese, no las temo en absoluto. Prometí en la campaña electoral estar cuatro años disponible”, señaló, aludiendo a la duración de las legislaturas en Alemania. El jefe del Estado tiene como tal la capacidad para activar el mecanismo de disolución del Bundestag (cámara baja del Parlamento), que desembocaría en nuevas elecciones en un plazo de 60 días a partir de esa fecha. Muchos dan por altamente probables esos comicios anticipados en la primavera del 2018.
Preguntada en la entrevista por la posibilidad de dimitir tras el fallido intento de coalición, Angela Merkel respondió que en absoluto, que no se había planteado “la asunción de consecuencias personales”; y que está dispuesta a liderar a la familia conservadora (CDU y su aliada bávara, la socialcristiana CSU) en la eventual nueva convocatoria electoral.
Con todo, aprovechó para emplazar a los socialdemócratas del SPD a reconsiderar su rechazo –explicitado ya en la noche electoral de septiembre por su líder, Martin Schulz– a reeditar una Grosse Koalition con los conservadores.
“Espero que evalúen con mucha intensidad si deberían asumir sus responsabilidades”, dijo Merkel.
Sin embargo, Schulz ya había reiterado su negativa, y dijo que el SPD “no teme a unas nuevas elecciones”.