2019 fue un año de turbulencias para Airbus. Y así queda reflejado en los resultados financieros que acaba de presentar.
Pese a lograr un récord de ventas y unos ingresos operativos de cerca de 7.000 millones de euros, el grupo aeronáutico europeo perdió más de 1.300 millones de euros, frente a los 3.000 millones de ganancias cosechadas en 2018.
Las pérdidas se debieron a las multas, de 3.600 millones, que tuvo que afrontar para esquivar a la Justicia por presuntos sobornos y corrupción, y a la enésima provisión, de 1.200 millones de euros, de su avión de transporte militar A400M.
Vivimos circunstancias excepcionales, ha dicho el director ejecutivo de Airbus, que quiere pasar página.
“Afrontamos varios desafíos importantes durante el año. Primero, estar en conformidad. El mes pasado llegamos a un acuerdo final con las autoridades francesas, británicas y estadounidenses para resolver las investigaciones sobre Airbus. Hemos acordado pagar multas de 3.600 millones de euros, más intereses y costos. Este es el precio a pagar por esas prácticas pasadas y seguir adelante”, ha declarado Guillaume Faury, director ejecutivo de Airbus.
Airbus entregó catorce de sus aviones A400M el año pasado. Pero el programa se ve frenado por varios motivos, entre ellos el veto de Alemania a Arabia Saudí.
“En general, las multas de los acuerdos y este nuevo recargo en el A400M han llevado nuestros resultados de 2019 a una pérdida neta, que impactará significativamente en nuestro flujo de efectivo libre en 2020. Por supuesto, no podemos estar satisfechos con esto”, ha dicho Faury.
Mirando hacia el futuro, Airbus dice que va a centrarse en llevar a cabo mejoras operativas y de costes en 2020. También espera que Estados Unidos y la Unión Europea puedan resolver una batalla comercial que puede dañar aún más a la industria de la aviación, a ambos lados del Atlántico.