Es difícil percibirlo desde la Tierra, pero la Luna está encogiéndose paulatinamente conforme se enfría. Esto podría suponer un desafío para establecer una base permanente en este satélite natural de la Tierra.
La Luna reduce su tamaño en aproximadamente 45 metros (unos 150 pies) cada varios cientos de millones de años, no es precisamente rápido. Pero los resultados de una nueva investigación publicados en el Planetary Science Journal indican que este fenómeno podría estar provocando desprendimientos de tierra y sismos cerca del polo sur lunar, afectando a áreas propuestas para el aterrizaje de las misiones Artemis III de la NASA.
Un riesgo para los humanos
Estos eventos podrían devastar asentamientos humanos hipotéticos en la Luna, debido a la naturaleza seca y polvorienta de su superficie, que ha sido bombardeada por asteroides y cometas a lo largo de miles de millones de años.
“Según nuestras simulaciones, es posible que ocurran sismos lunares superficiales en la región polar sur, capaces de generar fuertes movimientos del suelo, ya sea por deslizamientos en fallas existentes o por la creación de nuevas fallas de empuje”, explica Tom Watters, científico planetario del Smithsonian Institution.
De acuerdo con un comunicado oficial, el instrumento fotográfico del Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) ha verificado la existencia de este fenómeno al identificar miles de fracturas de edad reciente y tamaño reducido dispersas por la corteza de la Luna. Estas se manifiestan en forma de formaciones geológicas que recuerdan a acantilados, pareciendo escalones sobre la superficie del satélite.
El problema en la superficie
“Durante miles de millones de años, ha sido bombardeada por asteroides y cometas, cuyos fragmentos angulares son expulsados constantemente por los impactos,” afirma el geólogo Nicholas Schmerr de la Universidad de Maryland.
“Esto hace que el material de la superficie, que varía desde micrones hasta el tamaño de grandes rocas, esté muy poco compactado. Esta condición favorece la ocurrencia de temblores y deslizamientos de tierra.”
Polémica en torno al estudio
Sin embargo, hay discrepancias entre los científicos sobre el origen y las implicaciones de estos lunamotos. Yosio Nakamura, profesor emérito de geofísica en la Universidad de Texas en Austin, discrepa sobre la causa de los temblores, sugiriendo que los datos de Apollo muestran que estos fenómenos se originan a decenas de kilómetros bajo la superficie, y no por la falla deslizante cerca de la superficie como se pensaba anteriormente.
Actualmente, la información disponible sobre la frecuencia y ubicación de los sismos lunares es limitada. No obstante, descubrimientos como los de este estudio son fundamentales para la selección de sitios adecuados para futuras misiones de aterrizaje y establecimiento de bases en la Luna.
ies (ScienceAlert, Levante)