Aisha, una joven nigeriana de 14 años, fue secuestrada por el grupo islamista Boko Haram, que la forzó a ponerse un chaleco suicida pero pudo escapar. Maiduguri, Nigeria, 2017 CreditAdam Ferguson para The New York Times

Nota: Algunas de las fotografías escogidas muestran escenas violentas o gráficas.

La asociación World Press Photo ha anunciado a los seis finalistas de este año, y con ello ha roto la tradición de décadas de anunciar a los ganadores poco después del veredicto. Aunque ya se ha elegido al ganador, se anunciará públicamente durante una ceremonia de premiación el 12 de abril en Ámsterdam. Lars Boering, el director de la asociación, espera que esta nueva estrategia genere un contrato televisivo para el evento, lo cual podría lograr que un público más numeroso se acerque al fotoperiodismo.

Tres de las imágenes finalistas fueron tomadas por fotógrafos independientes para The New York Times. Dos fotografías tomadas por Ivor Prickett fueron de Mosul, mientras que Adam Ferguson tomó una de una niña elegida por Boko Haram para ser terrorista suicida. Entre otros finalistas del galardón están Patrick Brown de Panos Pictures, por una imagen de la crisis de los rohinyá tomada para Unicef; Toby Melville, de Reuters, por una imagen de las secuelas del ataque terrorista en Londres, y Ronaldo Schemidt de la Agence France-Presse por una imagen de la crisis en Venezuela.

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Fuerzas especiales iraquíes con un bebé que fue sacado de una zona controlada por el Estado Islámico en la ciudad de Mosul, Irak, 2017 CreditIvor Prickett para The New York Times

Fotógrafos de 125 países participaron en el concurso y el jurado seleccionó a 42 nominados en ocho categorías. En total, quince de los nominados ya habían sido premiados en ediciones previas de World Press Photo.

La deliberación se centró en cuestiones éticas sobre la forma en la que se representaba a los individuos, comentó Magdalena Herrera, directora de fotografía de la revista Geo y presidenta del jurado. “Buscábamos enfoques desafiantes”, dijo, “pero era más importante el respeto al sujeto como ser humano y a la forma en la que se representaba su sufrimiento”.

El jurado estuvo conformado por nueve mujeres y ocho hombres; los seis finalistas por el primer lugar son hombres. Herrera destacó el hecho de que los jueces desconocían la identidad de quienes tomaron las fotografías y agregó que aunque hubieran sabido quién las tomó no habría marcado diferencia alguna:

“No podemos elegir con base en el género del fotógrafo, lo hacemos con base en la fuerza y el poder de atracción de la imagen”.

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José Víctor Salazar Balza fue prendido en fuego durante enfrentamientos con la guardia y policía nacionales venezolanas tras una protesta contra Nicolás Maduro. Caracas, Venezuela, 2017 CreditRonaldo Schemidt/Agence France-Presse

“Me encantaría que hubiera más mujeres en las categorías noticiosas porque siempre es importante tener distintos puntos de vista en la cobertura de noticias”, explicó. “Pero el hecho es que, aunque cada vez hay más mujeres trabajando en proyectos fotográficos de largo plazo, fotografía documental y artística, la fotografía de guerra y el fotoperiodismo siguen siendo predominantemente masculinos”.

La falta de mujeres finalistas por el primer premio, que por tradición se destina a la fotografía de noticias de actualidad, también podría ser un reflejo del hecho de que solo el 16 por ciento de los participantes fueron mujeres, un muy ligero aumento en comparación con el año pasado.

“Me decepcionó que solo hubiera un uno por ciento más de solicitudes de mujeres, en especial porque esta fue nuestra prioridad y nos asociamos con organizaciones de mujeres fotógrafas y periodistas”, señaló Boering. “La diversidad es sumamente importante para World Press y seguiremos trabajando en eso”.

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Una transeúnte ayuda a otra que resultó herida después de que Khalid Masood subió su auto a la parte pedestre del Puente de Westminster en Londres, 2017. CreditToby Melville/Reuters

Daniella Zalcman, fundadora de la asociación Women Photograph, afirmó que sus integrantes formaron grupos de edición para ayudarse mutuamente con las solicitudes. El grupo también ayudó a fomentar la participación de fotógrafas. World Press Photo, agregó, trabajó mucho para integrar a participantes femeninos, africanos, latinoamericanos y asiáticos.

“Las mujeres solo pueden presentar el material que han publicado y, para quienes trabajan por contrato, el material de los encargos que les fueron asignados”, añadió. “Si a las mujeres no se les asignan historias internacionales de relevancia, no presentarán dicho material. El material periodístico es más sencillo de realizar por cuenta propia y también es el que consigue apoyos con más facilidad”.

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Civiles en la parte occidental de Mosul que se quedaron ahí durante las batallas para recuperar la ciudad antes controlada por el Estado Islámico hacen fila para recibir comida. Irak, 2017 CreditIvor Prickett para The New York Times

Como en ediciones anteriores del premio han surgido grandes controversias respecto a la manipulación de fotografías; ahora World Press Photo examina los archivos .raw u originales de todas las imágenes que logran llegar a la penúltima ronda de evaluación. Durante los últimos tres años, hasta el 20 por ciento de las fotografías que lograron llegar a las rondas finales se descalificaron por el excesivo procesamiento de imagen. Aunque la cifra exacta no se dará a conocer sino hasta el próximo mes, Boering señaló que aunque este año hubo pocas obras descalificadas, siguen siendo “demasiadas”.

Herrera reportó que la manipulación de imágenes dio como resultado la descalificación de algunas fotografías e historias.

“¿Por qué manipular?”, preguntó. “Si eres un ilustrador, no eres fotógrafo. Nos referimos a personas que eliminan cosas o las mueven, no de modificar las tonalidades. Ahora que estamos en un etapa de noticias falsas creo que es bueno que World Press aplique estas normas”.

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Los cuerpos de niños y otros refugiados rohinyá fueron trasladados a tierra después de que el barco en el que huían de Birmania se hundió cerca de Cox’s Bazar, en Bangladés, 2017. CreditPatrick Brown/Panos Pictures para Unicef