Los talibanes ganan terreno diplomático y militar tras la retirada de Estados Unidos y las fuerzas de la OTAN de Afganistán.
El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wand Yi, ha recibido este miércoles a una delegación talibán de alto nivel. Pekín espera reforzar los lazos con los talibanes y darles legitimidad internacional.
China comparte 76 kilómetros de frontera con Afganistán y tiene una asociación histórica con Pakistán lo que le da a Pekín una ventaja competitiva frente a otras potencias rivales.
Rusia teme las consecuencias de la repentina retirada de Estados Unidos de Afganistán.
Moscú prevé que se produzca una reactivación de las amenazas terroristas y que un Afganistán dirigido por los talibanes pueda convertirse en un nuevo santuario del terrorismo islamista. como explica su ministro de Defensa.
Rusia estaría dispuesta a utilizar su base militar en Tayikistán, la mayor fuera de territorio ruso, para contener a los yihadistas.
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, ha asegurado que_”En caso de amenaza a nuestros aliados, miembros del tratado de seguridad colectiva, Rusia reaccionará”._
Afganistán podría convertirse en una nueva bomba de relojería humanitaria que podría desestabilizar tanto el centro como el sur de Asia. Washington está dispuesto a dar una oportunidad a la diplomacia.
Estados Unidos quiere evitar toda confrontación militar.
Para el secretario de Estado de Estados Unids, Anthony Blinken:“Sólo hay un camino y es el de la mesa de negociaciones para resolver el conflicto de forma pacífica y que surja un Afganistán gobernado de forma realmente inclusiva y representativa de todo su pueblo”.
Muy pocas potencias parecen confiar en el ejército de Afganistán. Las fuerzas entrenadas por Estados Unidos y la OTAN han ido perdiendo terreno ante la ofensiva de los talibanes.