Un equipo de astrónomos de Serbia y EE.UU. descubrió una red de ‘autopistas’ que deberían permitir viajar por los confines de nuestro sistema solar mucho más rápido de lo que se creía posible hasta la fecha. A manera de ejemplo, por una ‘superautopista’ espacial pueden cometas y asteroides cubrir una distancia prácticamente equivalente a un viaje entre Júpiter y Neptuno en menos de una década, lo que significarían 100 unidades astronómicas en menos de un siglo.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, sugiere que esas vías podrían ser utilizadas para enviar naves espaciales a distintos rincones lejanos de nuestro sistema solar de manera relativamente rápida, así como para observar objetos ‘cercanos’ que podrían colisionar con nuestro planeta.
Los investigadores estudiaron la estructura dinámica de rutas que representan una serie de arcos conectados dentro de lo que se conoce como colectores espaciales, que se extienden desde el cinturón de asteroides hasta Urano y más allá.
“Esta recién descubierta ‘autopista celeste’ actúa por varias décadas, a diferencia de los cientos de miles o millones de años que suelen caracterizar la dinámica del sistema solar”, indica el comunicado publicado por la Universidad de California en San Diego (EE.UU.), cuyos científicos participaron en la investigación.
Los expertos señalan que las estructuras de arco más llamativas están vinculadas a Júpiter y a las vigorosas fuerzas gravitacionales que ejerce. “No debería sorprender el hecho de que Júpiter pueda inducir el transporte […] en escalas temporales decenales, ya que las misiones espaciales han sido diseñadas específicamente para el transporte asistido por Júpiter, siendo los sobrevuelos de Voyager 1 y Voyager 2 los ejemplos fundamentales”, indicaron los astrónomos en su estudio.
Que la asistencia gravitacional puede ser habilitada por los colectores espaciales, ya era bien conocido en la comunidad científica, pero “su amplio impacto en los cuerpos celestes naturales ha sido en gran medida infravalorado e inexplorado”, agregaron los astrónomos.
Las estructuras de “autopista celestial” se descubrieron a partir de datos numéricos sobre millones de órbitas en nuestro sistema solar y de cálculos acerca de cómo encajan en los colectores espaciales ya conocidos.