Luiz Inácio Lula da Silva está hoy un poco más cerca de la cárcel que de regresar a la presidencia. El exmandatario de Brasil (2003-2010), de 72 años, recibió ayer el mayor revés judicial de su vida cuando un tribunal de segunda instancia confirmó la condena por corrupción impuesta por el juez del caso Petrobras, Sérgio Moro. A pesar de encabezar las encuestas, la sentencia supone su teórica inhabilitación para postularse a las elecciones de octubre, aunque la última palabra la tiene el Tribunal Superior Electoral. Lula tampoco deberá ingresar aún en prisión a la espera del resultado de posteriores apelaciones.
Por unanimidad, los tres miembros de Tribunal Regional Federal (TRF) de Porto Alegre desestimaron el recurso de los abogados de Lula, que alegaban falta de pruebas, y ratificaron la sentencia de Moro del 12 de julio de 2017. Moro condenó al expresidente a nueve años y medio de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero por recibir como soborno un apartamento tríplex en la playa paulista de Guarujá valorado en un millón de euros por parte de la constructora OAS, a cambio de conseguirle contratos con la petrolera estatal.
Además, el instructor del TRF, Joao Pedro Gebran, aumentó la pena a 12 años y un mes de prisión. “Hay pruebas, más de las razonables, de que Lula fue uno de los articuladores, si no el principal, de la trama de corrupción” en Petrobras, dijo Gebran. “La culpabilidad es extremadamente elevada tratándose del expresidente”, añadió el magistrado al justificar una “pena mayor” que la impuesta por Moro.
El político, a un paso de la inhabilitación como candidato por la justicia electoral
A pesar de la condena y de las otras causas abiertas -la mayoría por corrupción-, Lula es el político mejor valorado de Brasil. El exmandatario encabeza, con diferencia, las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre. Según Datafolha, el líder izquierdista cuenta con un 36%, el doble que el ultraconservador Jair Bolsonaro, con el 18%, mientras que la exministra de Medio Ambiente de Lula y excandidata presidencial, Marina Silva, ocupa la tercera posición en los sondeos con el 10% de la intención de voto.
El Partido de los Trabajadores (PT) tiene que decidir ahora si elige a otro candidato y lo potencia o se arriesga a seguir apostando por Lula, que podría ser inhabilitado o, incluso, ser encarcelado antes de los comicios. No obstante, el propio Lula ratificó ante miles de seguidores su intención de ser candidato en un mitin en Sao Paulo, poco después de hacerse pública la sentencia. “La provocación es tan grande que ahora quiero ser candidato a presidente”, dijo el líder del PT.
“Estoy condenado otra vez por un apartamento que no tengo, que no es mío. Si me condenan, que me den por lo menos el apartamento. Que me den una escritura”, indicó. “Solo me van a sacar de la lucha cuando muera”, añadió. “Si cometí un delito, que me lo presenten; y si me lo presentan, desisto de la candidatura”, afirmó. La candidatura de Lula depende ahora depende ahora de la interpretación que haga el TSE, aunque la legislación brasileña establece que los políticos condenados en segunda instancia por corrupción no pueden concurrir a unas elecciones.
A pesar de la condena y de las otras causas abiertas -la mayoría por corrupción-, Lula es el político mejor valorado de Brasil
Antes de cerrar el acto, Lula pidió a sus partidarios que se movilizaran hacia la céntrica avenida Paulista, donde también se concentraban los detractores del expresidente, pese al riesgo de enfrentamientos. “Cuando cierran la puerta a la democracia, llevan al pueblo a la radicalización. La respuesta va a ser en la calle, acabó el tiempo de la obediencia”, remarcó.
Lula no acudió ayer a Porto Alegre. Permaneció en Sao Paulo, donde reside, a pesar de que el día anterior había participado en un acto multitudinario en su apoyo en Porto Alegre junto a su sucesora en la presidencia, Dilma Rousseff. El exmandatario visitó la sede del Sindicato Metarlúrgico, donde comenzó su carrera política y dijo estar “extremadamente tranquilo”, cuando ya se había iniciado la vista. “La única decisión que espero hoy (por ayer) es que, por 3 a 0, los magistrados digan que el juez Moro se equivocó al dar la sentencia”, indicó. “Si sucederá o no, no lo sé, pero es la única cosa justa que podría ocurrir”, añadió. “Tenemos mucho tiempo por delante para intentar mostrar la equivocación y las mentiras contra el PT”, dijo.
Un día antes, Lula se había mostrado mucho más combativo en Porto Alegre. “Sólo una cosa me sacará de las calles de este país, y será el día de mi muerte”, afirmó en su tono habitual ante unos 70.000 seguidores, muchos de los cuales se manifestaron ayer mientras se celebraba la apelación. “No necesito al mercado, necesito empresas productivas, necesito agricultura productiva y agricultura familiar”, dijo. “Necesito que el pueblo participe para que podamos recuperar este país”, añadió.
Las palabras del exsindicalista contra el establishment económico, junto a su referencia futbolística sobre el resultado de la votación parecía una respuesta al titular que también ayer se leía en un artículo de Foha de Sao Paulo que apuntaba que el poder financiero deseaba la ratificación de la condena a Lula. “El mercado espera un juicio por 3-0 contra el expresidente”, ponía el rotativo paulista.
En la misma línea, el presidente Michel Temer -que como vicepresidente de Rousseff gobernó con el PT hasta que abanderó el impeachment contra la mandataria- declaró en Suiza, antes de conocer la sentencia, que “las instituciones brasileñas están funcionando” lo que es una muestra de “tranquilidad para quien quiera invertir en el país”. Temer habló ayer en el foro económico de Davos donde, además de reiterar su mensaje de calma a los mercados, prometió estabilidad tras las elecciones presidenciales.
Por su parte, Rousseff reiteró, también antes de conocer la sentencia, que la acusación contra Lula forma parte del “golpe” parlamentario, como considera al impeachment que la apartó de la presidencia en el 2016, no por corrupción sino por irregularidades presupuestarias. “El golpe fue hecho para destruir al PT, ero se equivocaron. Lula creció en las encuestas y demostró su potencial político. Así que pasó a ser quien deber ser aniquilado de la faz de la tierra”, afirmó Rousseff.