A Roberto lo enterraron el sábado en un ataúd sellado en el cementerio de Managua. Apenas un puñado de familiares pudieron estar presentes. Este hombre, que trabajaba de mecánico, murió en un hospital de la capital nicaragüense, tras días sufriendo síntomas que apuntan al covid-19, pero sin que nadie, ninguna autoridad, lo reconociera como tal, y en medio de un secretismo que asusta dentro como fuera del país.
“El acta de defunción dice que murió de una neumonía severa. Los síntomas que él presentaba eran dolor en el cuerpo, fiebre alta, de 40 grados, tos seca, todos los síntomas que refieren con el covid-19 -relata ‘Francisco’, nombre ficticio de uno de los familiares presentes, que pide que se disimule su rostro-. Inclusive nos clavaron el ataúd, que no podíamos abrir, y nos mandaron directamente a enterrarlo”.
Según las autoridades , en Nicargua solo se han registrado 16 casos de coronavirus y cinco muertes. Es más, el Gobierno de Daniel Ortega niega que exista “transmisión local comunitaria” y afirma que todos los casos son importados. Una versión que contrasta con lo que ha visto en los últimos días la familia de Roberto.
“El gobierno está ocultando toda la información y sí hay transmisión local comunitaria. Hay porque las personas muertas salen de seis en seis, no estoy exagerando. Nosotros somos testigos“, añade Francisco.
Cinco ex ministros de Salud advierten a la OMS del ‘riesgo extremo’ para el país y Centroamérica
Cada vez más voces se alzan para denunciar esta situación. Cinco exministros de Salud nicaragüenses enviado una carta a la OMS y a la Organización Panamericana de la Salud para advertir del riesgo extremo al que se enfrenta tanto su país como la región de Centroamérica por la gestión de la pandemia que está realizando el gobierno de Managua, al que acusan de minimizar la crisis y manipular la información sanitaria para negar o disminuir el número de casos.
El Observatorio Ciudadano Covid-19, compuesto por observadores independientes, ha detectado desde mediados de marzo en Nicaragua al menos 780 casos de coronavirus y 88 muertes, la mayoría inscritas como neumonías.
Hace días el gobierno dejó de informar sobre el avance de la pandemia en el país, mientras los hospitales públicos y los cementerios son vigilados por patrullas de policías.