Nill se desempeñaba como guardia de ese cruce peatonal frente a la escuela desde 2015. Los niños solían decirle “Sr. Bob”.
Todas las mañanas recibía a los estudiantes en medio del paso peatonal de la carretera Leavenworth. Luego los despedía en las tardes. Solía permanecer de pie con una señal de alto en una mano, mientras los niños pasaban la calle. Acostumbraba a regalarles caramelos de mentas.
Esa era su rutina diaria desde hacía casi cinco años hasta el pasado día de San Valentín, cuando los niños lo vieron por última vez en medio de la calle con su gran cartel rojo en la mano.
Cinco minutos antes de las ocho de la mañana de ese día, Nill vio cómo dos niños, de tercer y quinto grado, bajaban la acera para cruzar la calle por el paso peatonal cuando en ese mismo instante irrumpió a toda velocidad hacia los pequeños un sedán negro, sin ninguna intención de reducir su velocidad, a pesar de las señales de advertencia de que era una zona escolar.
Tuvo que actuar rápido. Les indicó a los niños que retrocedieran. Pudo sentir en pocos segundos que el auto no disminuiría su velocidad. Se quedó en medio del camino haciendo señas con su cartel rojo, que el conductor no respetó mientras lo golpeaba y lo dejaba muerto en medio del cruce peatonal, según narró después Cathy Fithian, directora de la escuela, al diario The Washington Post.
Fithian recordó que los niños entraron llorando a la escuela y pidiendo ayuda para el “Sr. Bob”. Cuando salió vio a varios metros la señal de “stop” de Nill y su cuerpo tendido en la carretera. “Estaba justo en el medio”, detalló con pesar.
Tras conocerse la hazaña de Bob Nill, la comunidad no ha dudado de aclamarlo como héroe, ya que les salvó la vida a dos pequeños a cambio de la suya.
El alcalde de Kansas City, David Alvey, agradeció a Nill “en nombre de nuestros residentes por su sacrificio desinteresado para proteger a nuestros hijos”, además de calificarlo como un héroe.
Según declaraciones a The Washington Post del portavoz de la policía en Kansas City, aún no se ha determinado la causa oficial de ese accidente fatal. Descartó que el conductor estuviera intoxicado, ya que permaneció en la escena. Expuso como la causa más probable la de conducir distraído.
Tampoco habían determinado a qué velocidad había irrumpido en la calle, pero según varios testigos, su auto iba mucho más allá del límite de velocidad permitido (20 mph) en las zonas escolares.
Bob Nill nació en 1931 y pasó casi toda su vida en Kansas. Sirvió cuatro años en la Guardia Costera. También trabajó en el Commercial National Bank durante gran parte de su vida. Ayudaba a bancos más pequeños con préstamos comerciales y servicios de fideicomiso e inversión.
Según contó Bart Nill, uno de sus hijos, el “Sr. Bob” no sabía qué hacer con su tiempo después de jubilarse hace 12 años de la Oficina de Tasadores del Condado de Wyandotte. Solía dormir de día y pasar todas las noches viendo viejas películas del oeste.
Todo volvió a tener sentido para Nill cuando se inscribió para el puesto de trabajo de guardia de un cruce escolar. Volvió a recuperar la normalidad de su vida.
“Fue la cosa más linda del mundo”, dijo su hijo. “Recuperó nuevamente su horario (…) le permitió pasar tiempo con los niños nuevamente, porque papá, simplemente amaba a los niños”. Y lo demostró hasta el último segundo de su vida.