China informó de unos 500 casos de infección por coronavirus en sus prisiones, incluyendo al menos 200 en la misma prisión, lo que alimenta el temor de nuevos brotes.
Al menos 200 reclusos y siete guardias de la prisión de Rencheng en Jining, en la provincia oriental de Shandong, han sido infectados con el nuevo coronavirus, según dijeron las autoridades sanitarias provinciales en una conferencia de prensa.
“La aplicación de medidas de prevención y control no ha sido efectiva”, reconoció el viernes Wu Lei, jefe de la administración de la prisión de Shandong.
Acusado de negligencia, Xie Weijun, jefe de justicia de Shandong, así como otros dos funcionarios de prisiones y cinco funcionarios de prisiones fueron despedidos, según anunció el gobierno provincial.
Al mismo tiempo, se han identificado por lo menos 34 casos de contaminación en la prisión de Shilifeng en la provincia de Zhejiang (Este).
Hubei, la provincia central de China en el epicentro del brote, también informó el viernes de 271 casos de contaminación en sus prisiones, incluidos 220 casos que aún no habían sido registrados por las autoridades provinciales.
Según un periódico oficial local, el Hubei Daily, se registraron 230 casos en la cárcel de mujeres de Wuhan, donde se despidió a los guardias por no haber contenido el brote, mientras que los otros 41 casos se produjeron en una sola instalación del municipio de Shayang.
A pesar de las drásticas medidas de contención y de las restricciones de movimiento adoptadas por las autoridades, este aumento de las infecciones en las prisiones hace temer nuevos brotes de contagio en lugares donde hay grandes poblaciones confinadas.
Del mismo modo, la diáspora uigur advierte de los riesgos de un “contagio masivo” del virus en los centros de internamiento de Xinjiang (noroeste de China). Las ONG y los expertos afirman que cientos de miles de miembros de este grupo étnico musulmán están detenidos en esta región, que ha sido golpeada por numerosos ataques sangrientos durante un largo período de tiempo.
Caen las ventas de vehículos un 92% a mitad de febrero
El covid-19 ha gripado el motor de la industria del automóvil en China, donde las ventas de automóviles se han desplomado un 92% en los quince primeros días del mes de febrero. El mercado automovilístico más grande del mundo ha quedado prácticamente paralizado: en esos quince días se han vendido 4.900 coches, en comparación con los casi 60.000 del mismo período del año pasado, según la Federación de Fabricantes de Automóviles de China.
Esta misma institución considera que la situación está mejorando y que la caída de las entregas de coches para el conjunto del mes podría quedarse en el 70%, el 40% si se tienen en cuenta los dos primeros meses del año.
La caída refleja la dureza de las medidas adoptadas para contener la epidemia: prolongación de las vacaciones del Año Nuevo Lunar, cierre de tiendas, cuarentena de numerosas ciudades…
El mercado automovilístico chino se redujo en un 9,6% en 2019, penalizado por las tensiones generadas por la guerra comercial sino-americana.