Venecia sufrió esta semana sus peores inundaciones desde 1966, poniendo otra vez sobre la mesa una gran cuestión: ¿qué ocurre con Mose, el megaproyecto de ingeniería ideado para proteger la histórica ciudad italiana de la subida de la marea?
Mose es un proyecto faraónico de infraestructura que involucra un enorme financiamiento público e ingeniería compleja y está destinado a aislar Venecia del mar Adriático en caso de mareas superiores a 110 centímetros.
Las obras empezaron en 2003, pero se han visto afectadas por continuos retrasos y salpicadas por casos de corrupción, por lo que el proyecto está inacabado.
La última previsión es que estará listo para 2021, pero ¿en qué consiste exactamente este proyecto y cuál es su situación?
Un sistema de barreras móviles
Mose es un acrónimo de Modulo Sperimentale Elettromeccanico (Módulo Electromecánico Experimental), y se refiere a la figura bíblica de Moisés, quien separó el mar Rojo para permitir que los israelitas huyeran a Egipto.
Después de las peores inundaciones en la historia de Venecia, en 1966, el gobierno italiano pidió a los ingenieros que elaboraran planes para construir una barrera en el mar y defender así una de las ciudades más pintorescas y frágiles del mundo de la amenaza constante de las mareas altas.
La construcción no empezó hasta 2003 y debía finalizar en 2011, pero el proyecto se ha visto afectado por los retrasos prolongados, los sobrecostos y la corrupción.
El proyecto consta de 78 barreras móviles de color amarillo enterradas en el agua que, cuando se activan, se elevan por encima de la superficie evitando que la marea del Adriático inunde la laguna veneciana.
El resto del tiempo, mientras la marea esté baja, las compuertas permanecen abiertas en el fondo del mar, permitiendo que continúe existiendo el movimiento natural del agua entre el mar y la laguna.
“Si Mose hubiera estado en funcionamiento, habríamos evitado esta marea alta excepcional”, dijo el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, después de las inundaciones del martes, cuando el nivel del agua alcanzó los 187 cm.
Solo una vez desde que se tiene registro, en 1966, alcanzó una altura mayor: 194 cm.
Las 78 compuertas ya están ancladas a una construcción de hormigón en el fondo de la laguna y los ingenieros están trabajando ahora en la mecánica para elevarlas simultáneamente una vez que se pronostiquen mareas de más de 110 cm.
Una reciente prueba en parte de la barrera causó vibraciones preocupantes y los ingenieros descubrieron que algunas de las piezas sumergidas se habían oxidado.
Se esperan nuevos ensayos el próximo año.
Un proyecto controvertido
Una de las principales críticas al proyecto ha sido el costo.
Los ingenieros predicen que el sistema de defensa marítima entrará en funcionamiento a fines de 2021, con un costo de US$6.100 millones, cuando el presupuesto inicial fue de US$1.800 millones.
Algunos venecianos argumentan que el proyecto es una pérdida de dinero y no hay garantía de que funcione.
No obstante, hay bastante consenso en que la obra tiene que terminarse por el bien de Venecia.
“Estos retrasos son una vergüenza para toda Italia y necesitamos urgentemente una solución”, dijo el miércoles Alessandro Morelli, jefe de la Comisión de Transporte del Parlamento.
Luigi Di Maio, líder del Movimiento 5 Estrellas y ministro de Exteriores, ha criticado la gestión de esta obra, pero ha apostado por completarla “inmediatamente”.
También hay activistas medioambientales que se oponen al megaproyecto, argumentando que las compuertas están afectando seriamente al ecosistema de la laguna.
Y algunos expertos creen que el sistema no fue diseñado para lidiar con el aumento del nivel del agua que predicen los últimos estudios sobre cambio climático.
Un informe de la Unesco establece que el Mose fue planeado para un escenario que prevé un aumento del nivel del agua de 22 cm para el 2100 en el norte del Adriático, pero muchos científicos temen que sea demasiado optimistas.
Caso de corrupción
Pero más allá de las críticas ambientales y por el sobrecosto, el proyecto se vio envuelto en un escándalo de corrupción.
En 2014, el entonces alcalde de Venecia Giorgio Orsoni y decenas de funcionarios y empresarios de la ciudad fueron detenidos, y condenados, por sobornos durante su proceso de licitación pública y la malversación de alrededor de US$27 millones en fondos públicos destinados a las barreras.
Mientras unos y otros solucionan los problemas del Mose, la ciudad trata de recuperarse de las inundaciones de esta semana.
Por el momento, el gobierno de Italia decretó el estado de emergencia en la ciudad y aprobó la primera fase de indemnizaciones, en la que se desembolsarán US$22 millones.
La atención se centra en los daños que haya podido sufrir la basílica de San Marcos, cuya cripta quedó completamente anegada, empapando los sarcófagos de los patriarcas y los mármoles y mosaicos que la decoran.