Japón ha amanecido este domingo con el agua al cuello tras el paso de Hagibis, el peor tifón que ha azotado el país en los últimos 60 años. El gobierno ha pedido a siete millones de personas que abandonen temporalmente sus hogares debido al riesgo de inundaciones y deslizamiento de tierras. El balance provisional de víctimas habla de 18 muertos y una docena de desaparecidos. Medio millón de viviendas se han quedado sin suministro eléctrico.
Hagibis, que ya se ha convertido en una tormenta tropical, ha barrido transversalmente el país dejando una estela de agua y caos a su paso. El área del gran Tokio, donde viven 30 millones de personas, estuvo el sábado prácticamente paralizada por culpa de la crecida del río Tamagawa. Los transportes se han visto seriamente afectados. Las líneas ferroviarias apenas funcionan y más de mil vuelos desde o hacia el aeropuerto Haneda de Tokio han sido cancelados.
Dos partidos de la Copa del Mundo de Rugby fueron cancelados por razones de seguridad. Es la primera vez que esto ocurre en la historia del torneo.
El Ejército ha desplegado a 27.000 efectivos para participar en las labores necesarias para afrontar esta dramática situación.