El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha revelado este fin de semana que padece miastenia grave, un trastorno neuromuscular autoinmune crónico que heredó de su abuelo, puede causar graves complicaciones y ya le afecta a los ojos.
Durante su visita a Rusia, el mandatario comentó durante una reunión con la comunidad filipina que esta “disfunción que afecta los nervios”: uno de sus ojos “está más pequeño” y “gira sobre sí mismo”, según indica una transcripción oficial.
La debilidad muscular que provoca la miastenia no tiene cura se manifesta de diferentes maneras, desde la falta de control de los párpados hasta visión borrosa, cambios en la expresión facial, dificultades para tragar o dificultad para respirar, pero el Instituto Nacional de Salud de EE.UU. indica que la mayoría de quienes la padecen tienen una esperanza de vida normal.
La salud de Duterte, de 74 años, ha sido objeto de numerosas especulaciones desde que asumió su cargo en 2016. El propio mandatario ha hecho referencia a ese tema en varias ocasiones, como cuando reveló que esperaba los resultados de una prueba para detectar un posible cáncer —días después anunció que el resultado fue negativo— o declaró que padecía la enfermedad de Buerger, que afecta a venas y arterias y suele estar vinculada al consumo de tabaco.