Tras un breve período como el primer huracán de la temporada, Barry tocó tierra este sábado en la costa de Luisiana y se debilitó hasta regresar a la clasificación de tormenta tropical, mientras se movía lentamente hacia Nueva Orleans.
Su pasaje ha provocado de todos modos un impacto significativo, con miles de evacuados, vuelos cancelados y una alerta general que aún no cesa ante la posibilidad de más inundaciones por las fuertes lluvias.
La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, pidió durante una conferencia de prensa el sábado a los habitantes y turistas que se “mantengan atentos”. “No hemos salido del bosque aún”, dijo.
Por otra parte, el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, también pidió mantenerse en alerta a todos los residentes del estado, entre los que se cuentan decenas de miles sin electricidad.
“Quiero advertirle a todo el mundo que esto es solo el comienzo”, dijo Edwards en una conferencia de prensa.
Según el último boletín informativo publicado por el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) a las 18H00 GMT, el corazón de la tormenta tocó tierra al mediodía del sábado en Intracoastal City, al oeste de Nueva Orleans, y se movía a poco menos de 10 km/h.
Para ese entonces, ya había castigado la costa del Golfo de México, con diluvios en Luisiana, Misisipi y Alabama.
En la mañana del sábado, Barry provocó inundaciones en zonas costeras de las que fueron evacuadas miles de personas.
RECUERDO DE KATRINA
En Luisiana, permanece aún fresco el recuerdo del devastador huracán Katrina (categoría 5), en agosto de 2005. Los diques que protegían Nueva Orleans sucumbieron entonces a la presión del agua, que inundó el 80% de la ciudad y causó unas 1.800 muertes.
Miles de personas hicieron las maletas y abandonaron sus hogares cuando las inundaciones azotaron áreas bajas como Plaquemines Parish, donde los cierres de carreteras dejaron a algunas comunidades aisladas.
Pero algunos residentes, a pesar de la orden de evacuación obligatoria, optaron por quedarse.
En Nueva Orleans, residentes y propietarios de negocios colocaban sacos de arena y tablas en las ventanas, mientras funcionarios del gobierno preparaban refugios.
Según la red GSCC, que reúne a profesionales del clima de todo el mundo, “el riesgo de Barry es diferente al de Katrina: en 2005 cedieron los diques de la costa, y esta vez, son los diques del río los que estarán a prueba”.
“La temperatura en la superficie del agua del Golfo de México está por encima de la media y provee al sistema de la fuerza para intensificarse”, explicó Jill Trepanier, que estudia los fenómenos climáticos en la Universidad de Luisiana.
Según la experta, Barry es un nuevo ejemplo de cambio climático.
“Una temperatura cálida del océano y una temperatura del aire superior a la media son la receta para intensas lluvias; todas las condiciones ‘por encima de la media’ son una señal de cambio climático”, aseguró.
Ante la amenaza de lluvias torrenciales, se declaró la emergencia en Luisiana, para permitir que sean desbloqueados fondos federales con el fin de afrontar el temporal.
Ayer varias compañías aéreas suspendieron sus vuelos. Un concierto de los Rolling Stones previsto para el domingo en Nueva Orleans se pospuso para el lunes. “Estamos aquí con ustedes, atravesaremos esto juntos”, dijo el grupo de rock en un comunicado.