César Álvarez, el expresidente regional de Ancash (al noreste de Lima), ha sido condenado este martes por la tarde a ocho años y tres meses de prisión en un caso relacionado con Odebrecht. La juez lo ha declarado culpable de colusión agravada por haber realizado pagos ilegales con dinero público a la constructora brasileña que realizó la obra de una carretera y del túnel más alto del mundo, en la cordillera Blanca, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
El exgobernador estaba en prisión preventiva desde 2014, tras ser investigado por el homicidio de dos autoridades regionales y por asociación ilícita para delinquir. Además, ya había sido condenado a dos años de cárcel en 2018 por otros delitos de corrupción que cometió mientras ocupaba un cargo público entre 2007 y 2014.
La investigación, a diferencia de los otros 40 expedientes de corrupción del caso vinculado con la firma brasileña, estuvo a cargo del fiscal anticorrupción Elmer Chirre, que empezó a investigar a Álvarez en 2015 por varios casos de fraude en el uso del dinero público. Chirre no es parte del Equipo Especial Lava Jato, pero mantuvo este caso ya que buena parte de sus averiguaciones se desarrollaron antes de que se crease el Equipo Especial.
La magistrada Nayko Coronado, de la corte especializada en delitos de crimen organizado y corrupción de funcionarios, impuso la misma pena —de ocho años y tres meses— a dos exgerentes del Gobierno regional, y otra de seis años a una exadministradora y al exfuncionario Benito Mauricio Chu, quien se fugó de la sala durante la lectura de la sentencia y fue capturado por la policía pocas horas después. Otros tres ex servidores públicos fueron sentenciados a cuatro años —aunque no se hará efectiva su prisión—, mientras que otros tres acusados de ser cómplices fueron absueltos.