Rostros de decepción y sonrisas irónicas, mientras escuchan a Emmanuel Macron. Las esperadas medidas del presidente francés para poner fin a la crisis de los chalecos amarillos han provocado un tsunami de críticas, en especial, entre los principales interesados, los propios chalecos amarillos.
“Estoy decepcionada. No ha comprendido nada. Nos ha hundido en la mierda y no lo reconoce”, se lamenta una mujer.
“Echar combustible al fuego, eso es lo único que está haciendo. Así que mantenemos todas las acciones, todas las reuniones, todo lo que está previsto. Por desgracia creo que el 1 de mayo va a ser violento, muy violento, con mucha, mucha, mucha gente”, presagia un hombre.
En las redes sociales, representantes de izquierda y derecha han criticado sin ambages a Macron.
