José Carlos Gómez es fotógrafo, pero ahora trabaja de reponedor en una bodega en l’Hospitalet de Llobregat con un horario plagado de rigores. Preferiría ejercer de lo que tanto le gusta, como hacía en Venezuela, pero tampoco parece sentirse un desdichado. No pierde la fe. Hace lo que hace por su familia y punto, dice. Trabajó muy cerca de los dos hombres que más pasiones y odios han despertado en la historia reciente de la ahora llamada República Bolivariana de Venezuela. Fue fotógrafo de campañas electorales de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro. Fue testigo privilegiado de los manejos del régimen.
Las fotos inéditas del Maduro bufo
Un fotógrafo venezolano carga contra el régimen de su país mientras repasa las imágenes nunca vistas de una sesión con el líder chavista para las elecciones de 2013